Por Juan Manuel Noriega | CJB Simón Bolívar.
El sábado 7 de diciembre el CJB Simón Bolívar se dispuso a visitar a los compañeros mineros de la comunidad San Martin en el municipio de Sombrerete Zacatecas, con el objetivo de llevar a cabo la documentación de la situación en que se encuentran actualmente y conocer más de cerca la huelga.
Algunas de las cuestiones sobre las que se comentó fueron las consecuencias ambientales y de salud que acarrea dicho trabajo.
Los compañeros en resistencia comentaron que las situaciones ambientales están directamente relacionadas con las de salud de la comunidad, puesto que los desechos depositados en las “presas de jale”, son erosionados y llevados por el aire hasta la población, desechos que contienen principalmente plomo, por lo que tanto adultos, niños y hasta recién nacidos presentan síntomas de enfermedades ocasionadas por metales pesados en la sangre, además de que el minero promedio, al cabo de 1 año de trabajo constante dentro de la mina ya presenta altos niveles de plomo en la sangre; cuestión que a las empresas mineras les tiene sin cuidado y más aún, los mineros no recibían ningún tratamiento que respondiera a las condiciones a las que se enfrentaban dentro de la mina ni condiciones dignas de trabajo.
Un aspecto importante de salud, mencionan los compas mineros, es la audición. Comentaron que muchos de ellos tienen problemas auditivos debido a los estruendos de las detonaciones al interior de la mina, algunos con solamente el 30% de su capacidad auditiva, y de igual manera a la empresa nunca le ha importado.
Las demandas de los compañeros mineros, cuando aún estaba en operación la mina, eran también en el sentido de la salubridad al interior de las instalaciones: la limpieza en baños, acondicionamiento de área de lokers y espacios para comer y cosas por el estilo que obviamente nunca se cumplían. Mencionan los mineros que la empresa en varias ocasiones fue advertida por la Secretaría del Trabajo sobre dichas condiciones y prefería pagar multas a dicha dependencia que tomar cartas en el asunto. Esto denota la poca o nula importancia que las empresas mineras le dan a sus empleados, la mano de obra que hace que día con día, la empresa, y por ende el patrón, se haga más millonario a costa de la explotación.
Uno de los compañeros que prestaba sus servicios como mecánico comentó que además de las condiciones infrahumanas de seguridad y salubridad en las que desempeñaban sus actividades se le suma un riesgo ambiental potencial, ya que al no contar con los materiales adecuados para llevar a cabo de manera cuidadosa su trabajo, y que las reparaciones de la maquinaria se hacen dentro de los túneles de la mina (para ahorrar tiempo, según la empresa), existe un peligro latente de contaminación de mantos acuíferos por combustibles y lubricantes como diésel, gasolinas y aceites de diversos tipos.
Es evidente que a todas las empresas mineras les tiene sin cuidado tanto la salud de los mineros como la contaminación ambiental de nuestros recursos naturales, parece que ven en nuestro pueblo y en nuestra tierra una gallina de los huevos de oro, a la que ni siquiera es necesario cuidar, alimentar dignamente ni darle ningún tipo de atención.
Las empresas mineras como cualquier otra empresa, sea maquila textil, automotriz o de cualquier otro tipo, ve en nuestro pueblo un pueblo desorganizado que no lucha ni por los derechos ganados hace varios ayeres.
Empecemos a mostrarles a los poderosos que están equivocados, que nuestra dignidad no se vende, que si pretenden arrancarnos nuestros derechos por los cuales ya lucharon nuestros padres y abuelos, se van a topar con pared. Demostremos que un pueblo unido puede cambiar su situación económica política y social. No hay mejor ejemplo que la dignidad mostrada por los trabajadores mineros en huelga y en defensa de sus derechos.
“Si el presente es de lucha, el futuro es nuestro” -Ernesto “Che” Guevara.
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