Edgar Davalos González
Presentación
La Economía Nacional está sujeta directamente a las leyes del mercado, y no me refiero a las leyes de oferta y demanda, sino a las de la explotación del hombre por el hombre. Durante muchos años el materialismo histórico ha descrito de manera concreta las cualidades de los sistemas económicos de producción y ha ejemplificado que son las relaciones sociales de producción las que determinan los cambios de un modelo a otro; sin embargo el Capitalismo como modo de producción toma su punto de auge y para muchos autores de origen a partir de la Revolución Industrial, donde el desarrollo de los bienes de capital permite generar mayor explotación hacia los trabajadores dotando de una desencadenada desigualdad que crecería exponencialmente en los últimos 2 siglos; ya que la incorporación de las fábricas y complejos industriales convierten a la mano de obra como el único bien mercantil que puede vender el trabajador, dejándolos como dependientes absolutos de los dueños de los medios de producción.
Otro factor importante a recalcar es la emancipación de la propiedad privada, la cual es la piedra angular dentro del sistema capitalista de producción, así la idea positivista del desarrollo individual pretende alcanzar la acumulación de bienes materiales, donde Marx nos menciona que “La desvalorización del mundo humano crece en razón directa de la valorización del mundo de las cosas”, fundamentando con esto que mientras nuestras acciones vayan encaminadas hacia un beneficio individual la colectividad quedara delegada a segundo o hasta ultimo plano.
De esta manera uno de los principales pasos que el discurso crítico refiere es encaminarnos hacia un fin colectivo, donde los intereses de un individuo sean los intereses de la colectividad, por lo que primeramente se tiene que estar informado y forjarse de una conciencia de clase.
La lucha encarnizada de la clase obrera y de muchos otros sectores que han sido degradados, invisivilizados y paulatinamente explotados; ha evidenciado constantemente la invasión empresarial de la elite capitalista donde se concentra el 99% de la riqueza mundial en solo el 1% de la población y así tenemos que el discurso político de los poderes facticos desinforma y envenena la mente de las personas oprimidas; condenándolos a una vida de explotación y donde la venta de su mano de obra solo los dotara de lo necesario para su sobrevivencia.
La plusvalía principal detonador de la acumulación capitalista que es extraída del trabajador, en la actualidad a llegado a niveles denigrantes ya que la pérdida del poder adquisitivo en México ha evidenciado el despojo descarado que se concentra en los marginales aumentos al salario mínimo y en los cada vez más controlados índices de precios que junto con la reforma laboral dejaron al trabajador en una posición obsoleta contra las leyes del mercado capitalista.
En este contexto Marx se refiere “Hay que atreverse a emprenderlo todo sin tegua ni descanso, huir de la apatía que nos aparta de la voluntad y la acción, no refugiarse en estériles meditaciones y no doblegarse vilmente ante el yugo, pues siempre nos quedaran el deseo y la esperanza que nos llevan a la acción”
Por lo que la utopía que durante muchos años ha sido perseguida, cada día es conseguida por los luchadores sociales que no se doblegan ante la maquinaria del poder y así Vladímir Lenin nos dice:
“Es preciso soñar, pero con la condición de creer en nuestros sueños. De examinar con atención la vida real, de confrontar nuestra observación con nuestros sueños, y de realizar escrupulosamente nuestra fantasía”.
Así hago un llamado a la conciencia colectiva.
El trabajo como fuente de ingreso.
Tras el surgimiento de la Primera internacional en 1864 comienza una lucha ininterrumpida para el reconocimiento de los derechos del proletariado mundial, y hoy al conmemorase el 128 aniversario de la huelga de los trabajadores norteamericanos en Chicago el 1 de mayo de 1886, donde años después la Segunda Internacional promulga el día internacional del trabajo; nos cuestionamos las condiciones laborales actuales en nuestro país.
En este contexto, “El trabajo es la fuente de toda riqueza, afirman los especialistas en Economía política. Lo es, en efecto, a la par que la naturaleza, proveedora de los materiales que él convierte en riqueza. Pero el trabajo es muchísimo más que eso. Es la condición básica y fundamental de toda la vida humana. Y lo es en tal grado que, hasta cierto punto, debemos decir que el trabajo ha creado al propio hombre.”[1] Engels, sin embargo no enfatiza en las necesidades sociales, en donde el principal motor del sistema Capitalista de donde emana la plusvalía es la fuerza de trabajo, por lo que la oferta de bienes y servicios dentro de este sistema se forma sin saber las necesidades sociales, conocido esto como una anarquía de la producción. Así “Si la fuerza de trabajo no produjese plusvalía y el capitalista no compra fuerza de trabajo el sistema capitalista dejaría de existir”[2]; concluyendo que mientras la fuerza de trabajo cumpla con un valor de uso recibirá como contrapartida un valor de cambio, el cual mantendrá al trabajador con lo mínimo necesario para su supervivencia.
Con lo que el ingreso monetario de los trabajadores a partir de la venta de su fuerza de trabajo, constituye al salario, donde la plusvalía ya fue apropiada con anterioridad por el empleador; así al ser el salario la retribución por las horas trabajadas, se convierte la fuerza de trabajo en una mercancía más que se vende y se compra en este caso en el mercado laboral.
Las teorías neoliberales sobre el salario llegan a contraponer y a desechar el análisis dialectico que se hace sobre el trabajo, así la idea de que la fuerza de trabajo es una mercancía, el salario será determinado por la oferta y la demanda de esta; reduciendo a su forma simple la determinación del mismo. Por lo que si la oferta de mano de obra para cierto sector de la producción es baja, esto quiere decir que existen pocos trabajadores especializados para ocuparse en este sector, el precio del salario será alto y por el contrario si existen mucho personal especializado para cierto sector de la producción el pago por la mano de obra será bajo. Aunque a pesar de que esta temática domina en el sistema actual, no se cumple en ningún momento.
Al ser la mano de obra una mercancía entra dentro de la contabilidad de cada una de las empresas como capital variable. Constituyendo con esto en nuestros días el Salario como un pago monetario por la realización de la actividad denominada trabajo.
En México según el artículo 123 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos nos menciona esto sobre el derecho al trabajo:
“TODA PERSONA TIENE DERECHO AL TRABAJO DIGNO Y SOCIALMENTE ÚTIL; AL EFECTO, SE PROMOVERÁN LA CREACIÓN DE EMPLEOS Y LA ORGANIZACIÓN SOCIAL PARA EL TRABAJO, CONFORME A LA LEY”[3].
Como podemos observar la legislación mexicana cumple un con el principal objetivo en materia legal de dotar a las personas y promover la creación de empleos, sin embargo esto solo en el papel como muchos de los apartados de la carta magna ya que la realidad nos demuestra lo contrario, en México según datos del INEGI la tasa de desempleo para el mes de Marzo del 2014 se ubicó en 4.80% superior a la tasa registrada en el 2013, con lo que hoy en día se tiene contabilizados 2 millones 528,437 personas sin un empleo; sumándole a esto una tasa de la informalidad 58.42% del personal ocupado en el país. Así no solo no se cumple con un derecho constitucional sino que al mismo tiempo no existe la seguridad de contar con un ingreso que pueda cubrir las necesidades básicas de cada trabajador y sus familias, que según el artículo 123 en su apartado A inciso VI nos dice;
“Los salarios mínimos generales deberán ser suficientes para satisfacer las necesidades normales de un jefe de familia, en el orden material, social y cultural, y para proveer a la educación obligatoria de los hijos. Los salarios mínimos profesionales se fijarán considerando, además, las condiciones de las distintas actividades económicas”[4].
Estas afirmaciones legales no solo carecen de credibilidad, sino evidencian la falla rotunda del gobierno mexicano de dotar a las personas de esta actividad fundamental; aunado a esto el Centro de Análisis Multidisciplinario de la Facultada de Economía de la UNAM, nos regala un análisis de la Pérdida del Poder Adquisitivo donde se demuestra teóricamente y empíricamente que este apartado constitucional no se acerca a la realidad imperante en el país.
Este estudio nos demuestra que el poder de compra de los mexicanos de 1987 a la fecha acumula una pérdida cercana a 78 por ciento. Con lo que no solo afirmamos que no hay empleo, sino que las personas que cuentan con un empleo en su mayoría no pueden adquirir al 100 por ciento una Canasta Básica. Así según El Centro de Análisis Multidisciplinario en su reporte dice que “(cae 77.79 por ciento el poder adquisitivo), en el que advierte que la carestía también se refleja en el tiempo de trabajo que se requiere para adquirir una Canasta Alimenticia Recomendable (CAR), pues el 16 de diciembre de 1987 un trabajador tenía que laborar sólo cuatro horas con 57 minutos por día para poder comprarla completa, mientras 27 años después el mismo trabajador (al 12 de abril del 2014) requirió trabajar 22 horas (medido en ingreso) para adquirirla, lo que representa un incremento de 400 por ciento en el periodo”[5].
Hoy en México contamos con una Población Económicamente Activa (PEA) de 52.7 millones de personas de las cuales “7 millones de personas (13.9% del total) trabajan en el sector primario, 12.1 millones (24%) en el secundario o industrial y 30.9 millones (61.5%) están en el terciario o de los servicios”[6]; demostrándonos con esto que México es un país que se ocupa principalmente en actividades comerciales y de servicios, y donde los salarios resultan reducidos ya que en muchas de estas actividades el valor agregado es mínimo y a su vez las condiciones laborales son desiguales.
Por otro lado la vulnerabilidad de los jóvenes en edad de trabajar es golpeada estrepitosamente ya que el 56 por ciento de los profesionistas desempleado tiene menos de 30 años de edad y a su vez según el INEGI solo el 40 por ciento de esta población trabaja en alguna actividad referente a su profesión y formación académica. Así, si vislumbramos que cada año egresan de universidades alrededor de 450 mil profesionistas y técnicos, no solo se deben cubrir estos empleos, sino los 2 millones y medio que la tasa de desempleo actual nos arroja y los más de 29.6 millones de personas que se encuentran en la informalidad, sumando con esto más de 32 millones de personas que conforman el ejército industrial de reserva mexicano que es aproximadamente el 60 por ciento de la PEA.
Si a estos datos le sumamos que la sociedad mexicana está estructurada según su nivel de ingreso como una población mayoritariamente pobre, podremos afirmar que más de la mitad de las personas que viven en nuestro país se encuentras imposibilitadas para cubrir sus necesidades primarias y no solo eso sino que forman parte de un ciclo en donde ni sus hijos, ni los hijos de los hijos de los primeros verán mejorada su situación dentro de este Sistema, que lo único que hace es enriquecer cada día más al 1 por ciento de la población que concentra el 99 por ciento de la riqueza nacional. Esto lo vemos vislumbrado con datos del INEGI en el siguiente cuadro;
Hogares y personas por Clase Social.
Alta |
Media |
Baja |
|
Hogares |
2.50% |
42.42% |
55.08% |
Personas |
1.71% |
36.16% |
59.13% |
Fuente: Elaboración propia con datos de “Clases Medias en México, INEGI 2013”
De la misma forma podremos observar como el 1.71% de la población se encuentra entre las personas que más ingresos tiene en el país contra el 59.13% de la población que se encuentra dentro de la categorización del INEGI como clase baja.
Fuente: Elaboración propia con datos de “Clases Medias en México, INEGI 2013”[7]
Al observar esta desigualdad concluimos que la sociedad mexicana cada día sufre de mayores carencias y atrocidades que la mantienen en una constante dependencia al yugo del Sistema Capitalista de Producción en su faceta neoliberal.
Consecuencias de la Pérdida del Poder Adquisitivo.
Algunas de las principales consecuencias de esta desmesurada pérdida del poder de compra de los mexicanos son las siguientes:
$1· Desempleo, ya que el gobierno mexicano no ha sido capaz de cumplir con lo establecido en la constitución en materia de empleo.
$1· Desnutrición y pobreza, ya que la mayor parte de la población no cuenta con un ingreso que le permita comprar los bienes básicos para su subsistencia.
$1· Desigualdad, ya que la mayoría de los mexicanos no cuentan con las mismas oportunidades pues muchas veces el ingreso es un factor determinante para poder mejorar sus condiciones de vida.
$1· Delincuencia, ya que al no tener un ingreso se busca una de las formas menos convenientes para obtenerlo.
$1· Endeudamiento, ya que muchas empresas otorgan créditos que al corto plazo la mayoría de las personas no cuentan con los ingresos suficientes para cubrirlos y en el largo plazo quedaran pagando intereses altos que en cierto sentido forman parte de los grandes ingresos bancarios en el país.
$1· Migración, ya que al no contar con la seguridad de un empleo o un ingreso que les alcance para cubrir sus necesidades básicas se ven en la necesidad de desplazarse de sus lugares de origen y resistir condiciones laborales extremas para poder dotar de lo mínimo necesario para su supervivencia.
Estas solo son algunas de las consecuencias y en cierta medida de resultados que arrojan las malas políticas empleadas por el gobierno mexicano para atacar estos problemas y donde las soluciones otorgadas por el gobierno solo son reformas estructurales que seguirán beneficiando a la clase dominante del país y así seguir permaneciendo conformes con lo que los poderes facticos nos otorgan.
En este contexto exhorto a estar informados, criticar, quejarse y luchar por los intereses colectivos de la mayoría de la sociedad mexicana y siempre en la búsqueda de soluciones que permitan acabar con la explotación y la injusticia de nuestros gobiernos.
[1]“El papel del trabajo en la transformación del mono en hombre”, escrito por Friedrich Engels en 1876 y publicado en la revista Die Neue Zeit, Bd. 2, N° 44, 1895-1896 https://www.marxists.org/espanol/m-e/1870s/1876trab.htm
[2] “Teoría de las necesidades en Marx” Agnes Heller, 1974, Ediciones Península, Barcelona, 1978, pág. 22 https://cv2.sim.ucm.es/moodle/file.php/21974/MarxMarxismo/5.DocumentosSobreMarx/7.HellerTeoriaDeLasNecesidadesEnMarx.pdf
[3] Constitución Política de los Estados unidos Mexicanos, Articulo 123.
[4] Ibíd.
[5] México SA, México, gran fábrica de pobres, Carlos Fernández Vega, 30 de Abril del 2014, La jornada en línea http://www.jornada.unam.mx/2014/04/30/opinion/036o1eco
[6] Resultados de la Encueta Nacional de Ocupación y Empleo, INEGI, cuarto trimestre del 2013. http://www.inegi.org.mx/inegi/contenidos/espanol/prensa/comunicados/estrucbol.pdf
[7] Clases medias en México, BOLETÍN DE INVESTIGACIÓN NÚM. 256/13, INEGI 2013. http://www.inegi.org.mx/inegi/contenidos/espanol/prensa/boletines/boletin/Comunicados/Especiales/2013/Junio/comunica6.pdf
No responses yet