La combatividad del movimiento estudiantil en Latinoamérica y su vocación de vanguardia ha tenido hitos memorables que han definido una historia consagrada a las luchas populares, especialmente aquellas vinculadas con la democratización, gratuidad y calidad de la educación. En cualquier punto del continente, los jóvenes recibieron la misma respuesta de parte de los opresores: terror y represión; acciones orquestadas entre criminales y operadores del imperialismo para frenar el avance a finales de los 60, ante el auge de ímpetu revolucionario imperante en el seno del movimiento estudiantil, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial ordenaron los lineamientos de reformas educativas aplicadas por los gobiernos serviles de la región para socavar la lucha por la transformación del sistema educativo y así subordinar nuestras universidades y escuelas a los intereses de los grandes monopolios.

Se trató de una política de distención la calidad de la educación y su privatización; la despolitización de los pensum y la formación de profesionales ajenos a la realidad de Hoy, cuando la crisis del capitalismo arrebata los derechos fundamentales a la Clase Obrera y el pueblo trabajador en todo el mundo, para salvar la tasa de ganancia, la estabilidad y la rentabilidad de los monopolios, los estudiantes de México se han volcado a las calles para exigir una educación de calidad Una vez más la respuesta ha sido terror y represión: el imperialismo ─y la burguesía subordinada a sus intereses─ intenta criminalizar la protesta social con el objetivo de disminuir los niveles de rebeldía inherente a la juventud latinoamericana; que con valentía y dignidad levantan las banderas de la lucha antiimperialista; por el Socialismo y el derecho a una educación para la liberación y la transformación.

El 26 de septiembre, 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural Isidro Burgos de Ayotzinapa fueron secuestrados por organismos del Estado mexicano. Este crimen de lesa humanidad fue precedido por protestas multitudinarias en contra de una reforma impuesta a los Institutos Politécnicos. La brutalidad de los cuerpos represivos del Estado mexicano, la impunidad que protege el accionar de mercenarios y grupos paramilitares y la complicidad de todas las estructuras de ese Estado defensor de los intereses de la burguesía demuestran claramente que existe temor frente a la permanente movilización social de las fuerzas populares.

Frente a este atroz hecho, las juventudes del continente y el mundo condenamos de la manera más rotunda el secuestro de los 43 normalistas de Ayotzinapa y las recientes detenciones de dirigentes juveniles revolucionarios. Exigimos que aparezcan con vida los estudiantes y responsabilizamos al gobierno de Enrique Peña Nieto como cabeza visible del terrorismo de Estado imperante en México.

Las juventudes reafirmamos toda nuestra solidaridad con la lucha del movimiento juvenil anti-imperialista de México y convocamos a todas las fuerzas políticas y sociales a la movilización y agitación permanente en la calle. Tenemos la certeza de que las balas no silenciarán a las miles de voces que en todo el mundo reclaman un México libre, soberano e independiente Ayotzinapa tu lucha, es la lucha de los jóvenes y estudiantes del mundo.

¡No al terrorismo de Estado, los queremos vivos!

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