En medio de la extensión de la pandemia de COVID-19, provocada por un nuevo coronavirus, que ha generado diversas acciones organizativas en varios estados para enfrentar esta situación sanitaria emergente. Deseamos expresar nuestra opinión respecto a esta coyuntura en que las medidas tomadas están afectando al pueblo trabajador.
En primera instancia nuestra solidaridad y reconocimiento a las y los trabajadores de la salud que realizan sus labores profesionales en medio de la carencia en el sector público, con un sistema de salud pauperizado, privatizado y desatendido por los gobiernos neoliberales, que no tiene acceso a los materiales elementales para proteger su vida y evitar ser contagiados.
El sistema de salud público enfrentan una campaña de desmantelamiento desde hace años que le impide brindar servicios de calidad y atención al pueblo trabajador, frente a esta contingencia sanitaria, se hace necesario frenar esas políticas antipopulares aplicadas por los gobiernos al servicio del capital que buscan comercializar y privatizar la salud, respaldando la rentabilidad de los grupos monopolistas que invierten en grandes hospitales privados.
A quienes han sido contagiados por este nuevo virus que amenaza, nuestra solidaridad y deseos de pronta recuperación.
Mientras los EEUU y la OTAN, amenazan a otras naciones y despliegan tropas, sosteniendo enormes presupuestos militares que se niegan a la salud y el bienestar social. China, Cuba y Rusia despliegan acciones de solidaridad hacia otras naciones. En este sentido destacamos el papel que han jugado Cuba Socialista y la República Popular de China. Cuba en medio de un agresivo bloqueo financiero, económico y comercial ha dado una lección de solidaridad y humanismo al enviar diversas brigadas médicas para combatir la pandemia, especialmente a Italia, epicentro de los contagios y uno de los países más ricos del mundo, demostrando el alcance de su diplomacia médica. Además del atraque en la isla del buque británico que facilitó la evacuación de más de 600 pasajeros que estaban a bordo. La nación caribeña ha enviado contingentes a Venezuela, Nicaragua, Jamaica, Surinam y Granada. China respondió eficientemente por la salud del pueblo chino al redoblar esfuerzos para afrontar la epidemia, tras su contención y recuperación ahora contribuye junto a otras naciones al cuidado de la salud pública mundial, enviando insumos necesarios para la atención de los afectados a otras naciones bajo la intención de la solidaridad y la preservación de la vida. El gigante asiático dio una muestra de la disciplina y compromiso al disponer de todos los recursos técnicos y científicos para la lucha en primera línea de profesionales sanitarios, trabajadores comunitarios, militares y policías contra la enfermedad para posibilitar la reanudación gradual del trabajo, la producción y las actividades escolares. Ambas naciones socialistas demuestran que priorizando la vida y la salud del pueblo la epidemia puede ser derrotada.
El neoliberalismo en México ha dejado completamente desprotegido al pueblo mexicano, despojándolo de sus derechos elementales, sin la posibilidad de un salario digno, del acceso a servicios de salud básicos eficientes y difundiendo una forma de vida individualista, que ha destruido el tejido social y no contribuye al espíritu colectivo en el escenario al que nos enfrentamos. Desde las primeras alarmas en nuestro país, se ha promovido la instrucción de quedarse en casa, para evitar el aumento en la transmisión del virus. No estamos en contra en seguir estas indicaciones, el problema es que nuestro pueblo está afrontando en medio de muchas desigualdades esta contingencia sanitaria.
En este complejo contexto, que debemos enfrentar con precaución, prevención, control y responsabilidad, consideramos:
- Es necesario ante esta contingencia garantizar el suficiente ingreso para cubrir los gastos básicos, de igual forma, se deben priorizar el ingreso de la clase trabajadora para tener los insumos básicos alimenticios y logísticos ante esta situación. Hay una campaña abierta respecto a evitar la aglomeración de personas, promover el distanciamiento social y establecer labores de trabajo desde el hogar, pero no hay una campaña respecto a proteger los derechos laborales de quienes son blanco de “descansos voluntarios” y “despidos de fuerza mayor”. Además de los trabajadores informales y las comunidades indígenas marginadas que no tienen otras más que arriesgarse para llevar el sustento a sus hogares, desprovistos de cualquier medida de protección social.
- Es abierta la preocupación de los monopolios y los ricos de este país por cargarle el golpe económico de la pandemia a la clase trabajadora, no debemos renunciar a nuestros derechos y debemos parar la impunidad con que pretenden enriquecerse en medio de esta situación.
- Se debe cancelar el pago de la deuda externa y orientarlo al engrosamiento de políticas públicas para los más desprotegidos y dejar de enriquecer a particulares.
- El Estado debe proveer de los medios de protección necesarios y evitar la especulación en torno a los materiales necesarios para prevenir, controlar y erradicar la propagación de la pandemia. Sin que esto represente un cargo a nuestro pueblo cuando pase la contingencia.
Como dijeron los compañeros zapatistas “Llamamos a no perder el contacto humano, sino a cambiar temporalmente las formas para sabernos compañeras, compañeros.” Sabemos que las crisis dentro del sistema capitalista se dan de forma cíclica y cada una es más agresiva que la anterior, en este caso los efectos de la pandemia ocasionada por el COVID-19 son la ante sala a una crisis económica, que amenaza a nivel mundial las condiciones de vida de toda la clase trabajadora, por lo que hay que organizarnos para resistir los próximos embates del capital. La lucha de clases seguirá, mientras a los monopolios les interesa proteger sus intereses y acrecentar sus ganancias, a nosotros nos toca resistir unidos y organizarnos por el futuro de las generaciones venideras. Sin duda alguna que nuestro país no volverá a ser el mismo cuando esta situación pase, por ahora debemos practicar la solidaridad. Esa normalidad en la que vivíamos no puede continuar, debemos luchar por construir un nuevo México, un México socialista.
Secretariado Nacional
Juventud Comunista de México
¡Solo en el socialismo otro mundo es posible!
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