Antonio Ortiz. Secretario de Formación Política e Ideológica del CN

*Sugerencia, leer mientras se tiene de fondo, El viento de Manu Chao de su disco Clandestino.

El texto que a continuación se reproduce fue elaborado el 17 de septiembre 2018, por cuestiones de la tecnología se perdió, y de la misma forma me encontré con el.

Es martes por la tarde, y al igual que muchos de mis últimos lunes o viernes estoy viajando por la carretera, mi camino en esta ocasión va de la capital de Zacatecas al municipio de Concepción del Oro y al estar observando por la ventana del transporte viene a mi mente, un miedo (recurrente), un recuerdo, una frase y una conclusión.

El miedo, esa sensación que nos hace pensar en lo peor, que nos puede hacer sudar y/o temblar, ese sentimiento que no queremos percibir pero gracias a él las especies han podido sobrevivir. En esta ocasión lo que me da miedo es el tener un accidente. No poder llegar a mi destino, dejar pendientes algunas tareas, lo peor, no ver de nuevo a mis seres amados. Y si bien es cierto que un accidente no te asegura la muerte en esta vía no hay señal telefónica lo que hace muy complicado el recibir ayuda y genera condiciones para que cualquier incidente se convierta en algo que lamentar. En una época basada en la conexión a Internet, este lugar es un infierno para las nuevas generaciones.

El recuero, no es muy antiguo pero ya han pasado varios meses. Fue después de que retumbará en sus centros la tierra, por un comunicado del EZLN. Cuando se designó que la compa Marichuy sería no sólo la vocera del recién formado CIG sino que además se aventuraría al intentar lograr una candidatura independiente por la presidencia de la república, Los compas hicieron la invitación,  nosotras y nosotros la aceptamos. Nos comprometimos en apoyar en la recolección de firmas para la compa. El INE haciendo lo que mejor sabe hacer, burocratizo la recolección y la “modernizo” al hacer que para el trámite fuera necesario un Smart pone, nada más chingando, pues.

Esta condición nos permitió visibilizar al país con otra mirada, con la mirada de los desposeídos y los pueblos originarios (no de todos, pero sí, de la mayoría). Los recursos necesarios para tener un dispositivo que funcionará, eran significativos, lo peor era cuando después de driblar ese obstáculo nos percatábamos de que NO “todo México es territorio telcel” o por lo menos su eslogan queda corto en la cobertura, puede ser que se refiera a otro sentido y uno es quien mal interpreta.

Casi para terminar, una frase. Dijo la comunista alemana Rosa Luxemburgo: “ quien no se mueve, no puede sentir las cadenas”. Aplica en esta ocasión, por qué de no ser por la tarea que se nos pidió cumplir, muchas y muchos militantes no nos hubiéramos percatado de las limitantes en la comunicación que existe en el país. La mayoría vivimos en zonas urbanas y estamos acostumbrados a tener disponible una conexión a Internet o mínimo la red telefónica, cosa que para muchos de nuestros paisanos y paisanas no es parte del “paquete básico”.

Por último, la conclusión. Las y los militantes de la jota, deben ser jóvenes dispuestos a viajar, a conocer, a buscar y encontrar otras y otros jóvenes para compartir nuestras ideas, identificar las necesidades y pobrezas de nuestro país y de paso conocer sus riquezas, su grandiosa gente y bellos lugares. Las y los comunistas no podemos permanecer tranquilos, mientras en nuestro país se genera una militarización, parte de nuestra labor es difundir nuestras ideas y crecer en ese proceso.

Se avecinan tareas en nuestra organización, es parte de nuestra obligación el ser participes o por lo menos ayudar para que otros puedan serlo. Debemos invertir en nuestra formación y demostrar nuestro compromiso con la causa, Nos tocará viajar y conocer otros lugares, otras costumbres, más camaradas o en su defecto recibir a camaradas de otros lugares y aprender de todas y todos.

Un par de años después el pensamiento sigue siendo el mismo, sólo que ahora existen otros aspectos que dan miedo y desconciertan, como lo es el tema de la salud publica ante una pandemia. Pero la consigna sigue siendo la misma, si permanecemos en nuestro circulo de comodidad no veremos las condiciones del resto de camaradas y miembros de nuestra clase.

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