Por Daniel Ramírez | Colectivo La Comuna

De nueva cuenta el Gobierno Mexicano, hoy en su faceta 4t, insulta la memoria de las víctimas de la infame “Guerra Sucia” supervivientes y familiares tuvieron que soportar la revictimización de parte del Secretario de la Defensa Nacional. Esto sucedió, paradójicamente en un acto que era para “hacerles justicia” y “reconocer la memoria de sus familiares” el pasado 22 de junio de 2022, en el campo militar número 1, se anunció con bombo y platillo la apertura de los archivos que faltan por develar, hasta ahí todo muy bien,  el “detalle” se consumó al final del evento cuando el General Luís Crescencio Sandoval, declaró que se le había autorizado incluir los nombres de los militares caídos en “el ejercicio del deber” y “defendiendo la patria” en un monumento a las víctimas de la guerra sucia, con lo que desato el desconcierto y el enojo de los familiares presentes, quienes sin duda no sabían de tal “iniciativa”.

El asunto es muy grave pues perpetua la narrativa de uno de los informes de la CNDH en 2001 en la que se “condenaba la violencia y los excesos de ambos lados”[1] equiparando al mismo nivel, la violencia de las organizaciones guerrilleras con la violencia contrainsurgente la del Ejército mexicano, y los otros brazos armados del Estado, incluyendo dependencias no reconocidas como los mismos Halcones, la Brigada Blanca, etc.

Es increíble que a estas alturas se tenga que explicar por qué equiparar ambas violencias resulta revictimizante para los familiares y sobrevivientes, pues incluso para la guerra existen leyes, y como representantes del Estado, los primeros obligados a respetar esas leyes eran y son los soldados, “cumplir con su deber” no es una justificación para asesinar, desaparecer, violar, torturar, mutilar etc.

¿Qué los guerrilleros no estaban mancos? ¡Claro! Pero ¡que no se olvide jamás porque tomaron las armas! La política represiva y violenta del mismo Estado orilló a los miembros más consecuentes de la sociedad a defenderse y reclamar un sistema más justo, todos los movimientos armados en México tienen un antecedente de luchas políticas legitimas, que incluso pedían relativamente poco, cosas como libertad sindical, tierras para los campesinos en Chihuahua, el cese de la represión encarnada en el cuerpo de Granaderos del DF, hoy CDMX, mientras que en Guerrero el asunto con Lucio Cabañas comenzó por quejarse de la cerrazón de su directora en una escuela primaria, a todo esto como es sabido le siguió siempre una brutal represión.

Cuando estas organizaciones responden armándose, y contestando la violencia del Estado con la suya propia, la propia respuesta del Estado fue completamente brutal y desproporcionada, con tácticas aprendidas de los consejeros militares estadounidenses comenzaron a atacar no solo a los guerrilleros, sino también a sus familiares y a sus comunidades, entonces mucha de la gente que fue perseguida, torturada, incluso asesinada y desaparecida ni siquiera eran combatientes, ¿Se justifica todo esto en defensa de la patria? Obviamente no.

La postura que ha tomado la 4T en cuanto a esto es una vergüenza, Obrador en esa idea cristiana mal entendida y peor ejecutada, del perdón, quiere forzar a las víctimas a que acepten el pasado, amnistiando (No solo de facto, ahora también en el discurso) a los asesinos que ni siquiera se han arrepentido, mucho menos han pagado sus crímenes, esto revela por si mismo que la nueva comisión volverá a tropezar con las mismas piedras de las viejas comisiones, pues no existe una verdadera voluntad de llamar a cuentas a los militares, ni a los políticos que por acción y omisión permitieron esos crímenes, incluido el mismísimo fiscal que en teoría debería investigarse así mismo.

Lo último que queda por comentar es que sorprende la falta de atención sobre el asunto, incluso yo que vi la noticia en el Canal Once, donde solo mencionaron la apertura de los archivos, quedé perplejo al ver que en otros lados lo que resaltaban era el tema del que no se dijo nada, la incorporación de los militares al estatus de víctimas. El asunto desde el mismo acto se manejó con un perfil bajo, es casi seguro que los colectivos invitados al acto ni siquiera sabían del detalle, los medios afines no reprodujeron esa parte sensible de la noticia, y a la extraviada oposición, el tema obviamente no le interesa, cuando hablan de lucha por la democracia obviamente no les gusta acordarse de los guerrilleros, cuando son ellos quizás los principales beneficiados de dicha “concesión”.

Para complementar la información les recomiendo leer la opinión de Adela Cedillo, especialista en el tema de las Guerra Sucia, les comparto su nota que en parte a servido para construir la nuestra. https://www.laguerrasuciamx.com/2022/06/la-teoria-de-los-dos-demonios-los.html?fbclid=IwAR1YNEv2VXpLbhmbEjFDCqChGDqwO_GibJSjvs3mQD5IOIFLaY-OscHQqZQ

Y un podcast igual de la la historiadora Adela Cedillo. https://open.spotify.com/episode/3cJNOIFBP0zFkrezh7vkBR?si=a2ed607467204387


[1] La Comisión por la Verdad de Fox, tampoco logro ningún resultado sólido, a los investigadores e historiadores no se les dejó hacer su trabajo, y el sistema protegió a los responsables, el único imputado Echeverría se libró con relativa facilidad de los cargos por genocidio.


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