Fue el estado.
Es lamentable que tenga que suceder una tragedia de esta magnitud para que se logren visibilizar las problemáticas sociales a las que nos enfrentamos. Son miles las personas que parten desde sus naciones de origen rumbo a Estados Unidos. Van en busca de mejores condiciones de vida que no tuvieron en su país de origen.
Según la Organización Internacional de Migraciones, en el año 2022, el 61% de migrantes que cruzaron México fueron hombres adultos, el 23% mujeres adultas, y el 9% y 7% fueron niños y niñas respectivamente.
En la actualidad México es quien se encarga de detener a aquellos migrantes que no cuenten con papeles. Se les impide cruzar la frontera para llegar finalmente a cumplir “el sueño americano”, y es el estado mexicano es el que se encarga del trabajo sucio de enviarlos de regreso, cuando debería ser el estado norteamericano quien maneje dicha situación.
El pasado lunes 27 de marzo murieron 40 migrantes y 20 más resultaron heridos de gravedad después del incendio en el Instituto Nacional de Inmigración, en la frontera de Ciudad Juárez, Chihuahua.
Hoy, a poco más de un mes de la tragedia, se han revelado finalmente las videograbaciones de dicha institución y no han hecho más que confirmar la falta de responsabilidad de los guardias de seguridad y de otros trabajadores del lugar.
La verdad no se puede ocultar.
Para empezar, es evidente que el trato que se reciben los migrantes es inhumano pues son privados de su libertad como si fueran criminales. Horas antes de la tragedia se puede observar como los transladaban esposados a una celda grande donde solo hay colchonetas.
Se puede observar también como el guardia en turno abre y cierra las puertas para permitir el paso a trabajadores. Después de que se formaron para recibir alimentos, la mayoria de los detenidos comenzaron a protestar. Se enteraron que al siguiente d´´ía se les enviaría a la Ciudad de México y posteriormente a sus países.
Comenzaron a apilar las colchonetas para tapar la visibilidad hacia el interior y a dañar la cámara de la celda. Llegaron trabajadores del INM para tratar de calmar la situación. Según el testimonio de algunos sobrevivientes fueron algunos migrantes venezolanos los que iniciaron el fuego. Este se propagó tan rápido y el lugar, al estar completamente cerrado, se llenó de humo.
Los encargados iban y venían, hacían llamadas e intentaban abrir una de las puertas que conectan con el exterior; pero en ningún momento abrieron las puertas de la celda, según su propio testimonio, porque no traían las llaves (lo cual es muy raro pues incluso se alcanza a observar cuando uno de ellos las traía colgando de su pantalón).
Los migrantes no fueron más que víctimas del mal manejo de la migración por parte de nuestro gobierno. Y en su último intento desesperado por buscar su libertad, cometieron el error de confiar en que los sacarían de ahí.
Este acontecimiento pudo evidenciar las inconsistencias del Intituto Nacional de Migración y de la Federación pues se presume que se apoyan a los migrantes y vemos que no es así.
Declaración final
Por ello desde la Juventud Comunista de México invitamos a la población en general a unirse al grito de exigencia de justicia por nuestros hermanos latinoamericanos y no caer en la indiferencia o en la contrariedad.
Culpabilizamos al estado y esperamos que se tomen cartas en el asunto, que no caiga en el olvido, se corrigan los errores y se les de un trato humano y digno a los migrantes que cruzan por nuestras tierras mexicanas.
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