Participación de Ana Karen Rodríguez – Colectivo Rosas Rojas
Buenas tardes compañeras y compañeros.
Dentro de mi entendimiento, puedo describir este libro como una máquina del tiempo, que en este tomo viaja en un solo cuadrante, es decir en una mirada, la mirada de la comisión Sexta del EZLN.
Las experiencias de los compañeros y compañeras zapatistas, relatadas por el Subcomandante Insurgente Moi, el Sub Galeano, las comandantas Miriam, Rosalinda, Dalia, la compañera base de apoyo Lizbeth y la escucha Selena; son el hilo que nos lleva a “Había una vez hace 20 años (un poco más o un poco menos) un grupo de mujeres, hombres, niñas y niños que encontraron una grieta en un muro y antes de intentar tirarla de jalón, se preguntaron ¿cómo? ¿Dónde? ¿Quiénes? ¿Cuándo?…” De un momento a otro nos transporta al presente, y pues es aquí donde nos pueden caer las pedradas, puesto a que este presente es también, evidentemente nuestro, los y las compas nos describen este presente con palabras de doble, triple o cuádruple filo, según las experiencias del lector o lectora. Es decir, que en momentos son sumamente poéticas y dulces, pero releyendo, pueden ser mentadas de padre y madre, palabras de aliento, etc. Nos dejan muy en claro que ser zapatista no es solo usar pasamontañas, sino dejar de ser. Nos enseñan que para construir, primero hay que equivocarnos un millón de veces y corregir un millón de veces más; y que esto (entre muchas cosas más) es un requisito para destruir el muro. En mi caso resalto e invito a leer con detenimiento el pasado, presente y futuro de la lucha de las mujeres zapatistas que nos comparten las compañeras, en especial a quienes piensan que la lucha de género, no es para ahorita. A ustedes los y las invito a que lean esta parte, sentados y sentadas, tranquilos y tranquilas, con una bolsita de hielo y unas suturas, porque la cosa está más que clara, para construir un futuro, para derribar el muro, no va primero una lucha y luego la otra. En fin.
Esta máquina del tiempo hace paradas en el futuro, nos cuentan lo que ven en su posición de vigilantes, la tormenta.
Para finalizar, este libro, no es un instructivo, ni una receta de cómo ser zapatista, de cómo colectivizarnos o de qué hacer para mejorar nuestras organizaciones. Si lo tomamos de esa forma, quiere decir que no leímos bien ni el título. “El pensamiento critico frente a la hidra capitalista” La tormenta viene, los y las compas lo avisan, ellos y ellas están construyendo, se están preparando y nos dejan a nosotros y nosotras la tarea de pensar, si usamos un paraguas, un impermeable o lo que vayamos construyendo juntas, juntos.
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