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DSC 0495Por Julián Torres

Septiembre 9, Aguascalientes, Aguascalientes.- Mario Alberto se dedica a la aerografía, una técnica de pintura que permite trabajar sobre distintos tipos de superficies, desde muros, playeras, cortinas metálicas de locales comerciales, entre otras. Cuenta con un local comercial en la calle Guadalupe Victoria con el número 511, en la zona centro de la ciudad de Aguascalientes, donde elabora sus obras “para la raza”.

Realiza su trabajo artístico por encargo, ya sea que sus clientes le den una descripción del trabajo que traen en mente, o le dan libertad de hacer uso de su creatividad, “hay quienes me dicen la idea que traen y yo la saco, trato de trazarla o cosas que se me ocurren, el trabajo parte de la idea”.

Aprendió en las calles y con el tiempo lo tomó como un oficio, es a lo que ahora se dedica, su trabajo y su forma de vida.

En el barrio, en “la esquina” se construyó su aprendizaje, donde formó los lazos familiares no consanguíneos, la familia fuera de casa que llena el vacío de la desintegración familiar, la violencia, los problemas económicos.

La pintura “es algo que aprendí en las calles, primero se me dio pintando en las esquinas, (como una) forma de representación del barrio, pues es donde nace y crece uno, el círculo, la forma que conoce uno como familia aparte y, tú sabes que los barrios son por lo normal pura familia desintegrada, y lo primero que conoces es la raza de la esquina y son a los que ves como tus hermanos, es tu punto de reunión y es donde empiezas a representar lo que son, empiezas a hacer tus murales”, comenta.

“Pasa el tiempo vas madurando y ya después lo ves como un ‘jale’, ya lo ves de otra manera ya no es la misma cosa. Ya haces familia, te haces más responsable, bueno, quien ve la luz, verdad, quien no, sigue adelante y nunca hace nada de su vida”, afirma Mario. “Así es como nace y crece esto, es como todo va madurando; ya después hay quien lo toma y quien lo deja”.

El Cholo

Respecto a lo que representa la figura, la expresión y el modo de vida de un Cholo, Mario Alberto afirma que hay una gran confusión entre la población al respecto, culpa de la “ignorancia de la gente” que estereotipa al Cholo, una contracultura que va más allá de las fronteras, situándose en las condiciones de vida de los migrantes mexicanos y la situación laboral que viven como indocumentados al llegar a los Estados Unidos.

“La gente confunde entre lo que son cholos y grafiteros, los grafiteros son los que pintan garabatos en las esquinas, letras que no se entienden en inglés con spray, un Cholo es muralista, representa lo que es lo más mexicano: Revolución, Religión, Pasado, o sea representa más bien a la raza, por eso siempre el cholo habla de la raza por qué es lo que representa, es más cultural”.

En la cultura que rodea al Cholo, todo “tiene su sentido. Es como la vestimenta del Cholo, también tiene su significado, hay quienes ya lo agarraron como moda pero si tiene su significado, desde la ropa floja hasta el pañuelo que se ponen todo tiene su significado, nomás que hay quienes no lo saben y confunden al Cholo con el vandalismo, ser Cholo no es andar tatuado si no saber lo que está representando”.

Los principales elementos de su ideario, tienen como principio un rescate de aspectos simbólicos del trabajo obrero, un sentido de pertenencia de clase: “El cholo usa mucho la marca ‘Dickies’, es el uniforme que le dan a los trabajadores en el otro lado (EU), significa trabajo, el pañuelo en la cabeza significa los hombres de campo, se lo ponían para cargar costales; la malla en la cabeza, cocineros, casi todos los inmigrantes cuando se vendió México, fue a lo que se dedicaron, al cultivo, a la cocina, era trabajo forzado. Esa es nuestra cultura, la ropa, nomás que muchos no lo saben”.

“No saben distinguir entre un cholo y un pandillero, le dicen cholo a cualquiera que trae tatuajes”.

“Esto se debe a la ignorancia de la gente, porque si te fijas cuando una persona se hace un tatuaje, luego luego: maldito vago, maldito esto, lo otro, pero si un artista se lo hace, ¡mira qué chido le quedó!, depende de quién estén hablando, ahora sí que como te ven te tratan”.

“La gente en vez de preguntar por qué, juzgan por lo que ven, pero no se ponen a pensar que todo tiene una raíz”.

“El cholo nace y crece en el barrio, pero también trae mucho de cultura no es solo lo que porta, sino lo que piensa, lo que es”.

A decir de Mario Alberto, artista callejero y representante de esta cultura, el Cholo por su vestimenta, por su estilo de vida y por la posición social en la que se desenvuelve es marginado, por eso “es bueno que se dé a conocer la cultura del Cholo para que la gente se dé cuenta y entienda y aprenda a conocer porque a veces dicen drogadictos: es un Cholo mariguano, pero lo que no saben que hasta hay licenciados, hay diputados, cuántos no tienen para pagar de las drogas más fuertes y lo hacen, pero pues a uno es más pobre pos te marginan mas por ser pobre no hay otra, mariguanos hay en todos lados”.

Y lanza: “Es como la corrupción que dicen de los policías, generalizan a todos los ‘polis’, siendo que también hay uno que otro bueno, pero se generaliza, siempre nos vamos por lo que vemos, no por lo que conocemos”.

El Aporte

Para Mario Alberto, pese a las limitaciones que se viven dentro de un barrio, como falta de estudios, desempleo, marginación y violencia, el ser Cholo como forma de vida, abre su perspectiva ante la sociedad en la que vive, convirtiéndose en un propagador de ideas, de valores y sentimientos por medio de su labor artística, el mural.

“Muchas de las personas que crecemos en el barrio no tenemos estudio, pero a través de los muros, a través de las pinturas con el simple hecho de ver a (Francisco) Villa, los chavitos que no han ido a la escuela o se la viven en la calle preguntan: ¿Quién es ese señor? o ¿Por qué lo pintan? y de lo que van viendo en las esquinas, los que ya sabemos les decimos ‘este es un personaje de la Revolución’ y como no queriendo vas aprendiendo en la calle”.

Para el Cholo, la religión tiene gran importancia en su modo de vida, conjugándolo con un sentido de pertenencia territorial, la Virgen es una bandera, como el estandarte independentista del cura Hidalgo, en cada colonia popular hay una Guadalupana, símbolo que va más allá de la fe religiosa, representa un modo de vida, refleja sueños de mujeres, ancianos, jóvenes y adultos, “porque la Virgen es un equivalente a la bandera, donde quiera que veas una Virgen Guadalupana es México, es barrio, es el equivalente al águila”. 

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