La vida es lo más preciado que puede tener una persona y una forma de medir nuestra vida es a través del concepto del tiempo. Segundos, minutos, horas, días, semanas, meses y años son las formas en que contamos el pasar de nuestra vida. En pocas palabras medir el tiempo es medir nuestras vidas.

¿Tu como mides tu vida?, ¿por quincena?, ¿por vacaciones?, ¿por aguinaldos?, ¿por mensualidades?, ¿por horario laboral?

 

En la escuela tenemos que aprender que la vida la vas administrando según la actividad más importante, como la es el ir a estudiar, de ahí uno tiene que contar el resto del tiempo que le queda libre. La escuela es el preámbulo de lo que sigue y lo que realmente consumirá gran tiempo de nuestras vidas: el trabajo. Como sabemos, el trabajo en el capitalismo –para el proletariado-  significa largas jornadas laborales, muchas veces sin vacaciones y con poca paga. Esto reduce la vida del trabajador a su vida laboral.

¿Qué tanto tiempo le destinamos al trabajo?, los más aburguesados podrán decir que son 8 horas pero ¿este será el tiempo real que le dedicamos al trabajo? Yo le agregaría el tiempo que uno le dedica al traslado de la casa al trabajo y de regreso, el tiempo para la alimentación, pues justamente uno gasta más sus energías en el tiempo que trabaja; el tiempo para el aseo personal que es necesario para despojarse de la suciedad que pueda existir en el centro laboral  o simplemente del mismo sudor que uno transpira al momento de trabajar, hasta el tiempo para descansar que sirve para recuperar las fuerzas para seguir trabajando. Todo esto es tiempo que se le dedica de manera directa e indirecta a la actividad laboral y es tiempo que uno pierde de su vida a cambio de migajas salariales.

Una de las grandes preocupaciones que seguramente tienen muchas trabajadoras y trabajadores es el día en que van a pagar el salario pues hay que pagar las deudas, comprar la despensa o simplemente salir a divertirse. De varias formas, quienes somos asalariados, estamos atados al momento cuando nos dan nuestro mísero dinero y es por eso que esperamos con angustia –y muchas veces desesperación- el día de la paga. El tiempo lo dividimos en los días que faltan para que llegue la paga.

Para los capitalistas el tiempo es dinero, para los comunistas el tiempo es vida y desde esta perspectiva es que comprendemos el concepto del trabajo de una manera distinta a la forma de comprender de los capitalistas.

Desde la concepción capitalista al trabajador se le debe exprimir el mayor tiempo posible por el menor dinero que pueda aceptar por su trabajo, con esto el capitalista maximiza sus ganancias y minimiza sus pérdidas (salario). 

En el Socialismo el trabajo debe servir para enriquecer al trabajador y a la sociedad, pero no solo se trata de un enriquecimiento material sino también cultural, para esto las personas deben tener suficiente tiempo para atender otros intereses y no solo vivir para trabajar. 

Como vivimos en el capitalismo es muy importante saber cómo utilizar el poco tiempo “libre” de nuestra vida que no le dedicamos de manera directa o indirecta a trabajar. En el capitalismo existen cientos de formas de distracción, estas actividades pueden servir como una “válvula de escape” a las frustraciones de la vida diaria, otras sirven solo para alienar más a las personas con actividades que ni si quiera sirven para elevar la cultura de la sociedad.

Aun y con todos estos distractores sociales, con la responsabilidad de acudir a la escuela o con la necesidad de trabajar, hay cientos de jóvenes que, descontentos con la situación actual, prefieren utilizar el poco tiempo libre para luchar por cambiar las cosas que ven mal en su país.

Quienes aspiramos a convertirnos en militantes de la causa comunista tenemos que saber aprovechar cada minuto, cada hora, cada día que tengamos disponible para prepararnos estudiando el Marxismo – Leninismo, saliendo a las calles a hacer nuestro trabajo político, organizando a la juventud rebelde dentro y fuera de la Juventud Comunista de México.

Debemos tratar de destinarle el mayor tiempo posible a la lucha política porque sabemos que tenemos poco tiempo para hacerlo.

Para crear una organización comunista y revolucionaria se necesitan militantes comprometidos y conscientes de que tenemos que sortear miles de dificultades, que tendremos que resolver cientos de problemas, que al principio tendremos que hacer sacrificios pero con el tiempo nos daremos cuenta que realmente no son sacrificios sino que es el deber de cumplir con las tareas que son necesarias para realizar nuestras metas.

Tenemos por delante un gran reto, el de transformar nuestra sociedad. De nosotras y nosotros depende si vamos a cumplir con las tareas necesarias para lograr nuestro objetivo.

Si estamos conscientes de lo que significa  la lucha por el Socialismo podremos darnos cuenta que nunca será suficiente el tiempo para la lucha, pero cada minuto será gratificante por el simple hecho de que estamos realizando lo que en verdad nos gusta hacer, luchar por una causa justa, luchar por transformar el mundo, luchar por la construcción del Socialismo en México.

El tiempo es vida y hay que saber darle un curso a nuestra vida. 

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