Por Sec. de Org. 
Hace 144 años nació el gran maestro del proletariado Vladimir Illich Ulianov. Revolucionario integro, militante cabal, otro ejemplo del hombre nuevo que busca formar el Socialismo, un comunista que hizo cimbrar a la humanidad con sus aportes para la emancipación de la clase obrera.
Para la militancia de la Juventud Comunista de México Lenin nos inspira para formarnos como militantes de la causa del Comunismo, representa el estudio dedicado de las ideas de Marx y Engels para llevarlas a la práctica de manera más efectiva, siempre bajo la crítica y autocritica revolucionarias para construir una mejor organización de vanguardia entre los trabajadores. Nadie puede negar que sus aportes fueron decisivos para el desarrollo de la política bolchevique que acelero las condiciones objetivas en el derrocamiento de la clase dominante en la Rusia zarista.  
Lenin lanzó para la juventud una consigna que es importante analizar y entender: aprender. Aunque como bien lo aclaró no se reduce sólo a eso, el qué y cómo aprender es parte medular de nuestra formación cotidiana. 
Muchos de nuestros camaradas algunas veces se remiten a la lectura y aprendizaje desordenado de múltiples cuestiones, en ocasiones teóricas y otras políticas, de algunas organizaciones o grupos similares a la nuestra, me refiero por ejemplo a consultar o leer en vídeos, foros y blogs sobre temas que caen en el anticomunismo, en el antileninismo o la crítica vacua hacía el papel de diversos personajes históricos y sus aportes a la lucha por el Socialismo. Debemos tener cuidado con eso, nuestra organización tiene un plan de formación basado en la experiencia y formación a lo largo de 9 años, que busca formar íntegralmente a nuestra militancia para dotarla de las herramientas teóricas necesarias y tener una visión adecuada de la situación revolucionaria que prevalece en nuestro país, necesario también con nuestra línea política de ruptura, enmarcada en la lucha democrática y unitaria con otras fuerzas anticapitalistas en México. Los jóvenes que luchan en la JCM y los que ingresarán en un futuro deberán ser mejores que los que hemos comenzado a formarnos para luchar, se formarán militantes  con muchas más virtudes y muchos menos defectos que con los que hemos crecido los de nuestra propia generación.
El estudio de nuestra ciencia el marxismo – leninismo es fundamental, aunque otro pilar del desarrollo de nuestra lucha es la formación política, la juventud es de manera inherente rebelde e irreverente, pero es a partir de nuestro compromiso por transformar la realidad en que vivimos que tenemos que reeducarnos en varios aspectos, todos ellos atacándolos y resolviéndolos con el trabajo colectivo desde nuestros Colectivos Juveniles de Base y nuestro Comité Nacional. Debemos ser modestos, y saber apelar a la persuasión antes que a las medidas disciplinarias. Esto me parece no está peleado en la firmeza de señalar cuando incurrimos en algún error y en la objetividad de cómo corregirlo. Debemos impulsar las iniciativas de trabajo colectivas e individuales, siempre y cuando estas no estorben el trabajo ordinario de la organización. Hacer efectivas las resoluciones y acuerdos emitidos por los órganos de dirección y los colectivos juveniles de base, pues nuestra militancia no es inerte, sino algo vivo y decisivo para nuestra acción política. La arrogancia y la soberbia no tienen lugar en el actuar de los comunistas, es necesario desterrar eso de nuestra personalidad pues estorba para nuestros objetivos. La confianza, el respeto y el reconocimiento se ganan con el trabajo entre los camaradas. La disciplina nos permitirá ser mejores militantes y personas en cualquier ámbito, esto se ve reflejado en muchas cosas, desde la puntualidad y la asistencia a las reuniones organizativas, hasta la aplicación y explicación cabal de nuestra línea política.
En fin, estos son sólo algunos aspectos sobre los que me hace reflexionar este 144 aniversario del natalicio de Lenin. Seguramente podemos abundar en muchos más. Una figura muy significativa que no puede obviarse, que logró auténticas hazañas a pesar de los múltiples ataques de la burguesía y del imperialismo. Lenin fue un comunista cabal que desempeño un papel digno, que estuvo dispuesto a perder su carrera profesional, a dejar la vida cómoda y el bienestar material en aras de cumplir lo que exigían las condiciones de lucha en su momento. Menciono esto sin el afán de hacerlo mártir o darle un tono de romanticismo a su figura, sino por resaltar que ese es el militante que aspiramos a ser.
Una grata muestra de su camaradería y sencillez está plasmada en una película del laureado director soviético Dziga Vertov, se llama Tres cantos para Lenin, vale la pena verla.
 

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