Fueron días de protestas, fue un miércoles 11 de septiembre cuando cincuenta mil profesores, normalistas,  estudiantes de preparatoria, padres de familia y universitarios marcharon por las calles de Xalapa.

 

Fueron días de toma de conciencia cuando alumnos de sociología, antropología, filosofía, historia, psicología, arqueología, lengua y arquitectura tomaron sus facultades en paro solidario con los profesores en lucha.

 

Fueron días de represión, cuando a sangre y fuego ochocientos policías atacaron a jóvenes y viejos por igual para entregar la plaza a la banda el recodo y un grito que celebra a los rebeldes de hace 200 años.

 

En consecuencia desde las 9 de la mañana amaneció la consigna “concentración en la ex – unidad de humanidades” la férrea pretensión de mantener la lucha en alto y repudiar la violencia de la que fueron víctimas nuestros amigos y camaradas nos llevo  a enarbolar bien en alto las banderas de la justicia y libertad.

 

 

 

Éramos poco al principio, pocos y fuertemente vigilados, coches llenos de fotógrafos, lumpens con ánimos de golpear, policías encubiertos que se acercaban a amenazarnos pero en algún momento la situación se revirtió y mientras más llegaban mas se fortalecían los ánimos, se repartieron
comisiones, aquellos vigilarían a los halcones del gobierno, estos impedirían ataques contra el contingente, otros se adelantarían al contingente y cerrarían las calles para poder marcha tranquilamente.

 

Pedían información, se les informo que teníamos un preso, un militante de LAVIDA, de la Red Mexicana contra la Minería, poeta y fotoperiodista, acusado de portar armas y drogas, Se dijo que había maestros hospitalizados por la brutal golpiza que sufrieron cuando fueron desalojados con macanas eléctricas, balas de goma y perros entrenados.

 

Comenzamos a marchar y la consigna nació sin necesidad de que alguien la dijera primero “Presos políticos libertad”  y a pesar de la lluvia y el viento el contingente crecía a cada paso que dábamos.

 

Llegamos al Ministerio Publico y los gritos “no estás solo” fueron ensordecedores, y mientras tanto en la calle miles gritábamos dentro los abogados y defensores de los derechos humanos demostraban la falsedad de las acusaciones contra nuestro preso. Y nuevamente ahí se vio la solidaridad de la que es capaz el pueblo de México y Xalapa, comida y bebida, sombrillas e impermeables mientras otros grupos desalojaban orejas y provocadores, identificables por sus manos vendadas enviados ahí para amedrentar a los movilizados.

Y si nos sentíamos bien por la unidad y la lucha popular mejor nos sentimos cuando se enuncio la libertad del acusado.

La lección fue simple… EL PUEBLO UNIDO JAMAS SERA VENCIDO.

 

 

 

Ni con tanques ni metrallas al pueblo no lo callas

Unidos y organizados venceremos

Colectivo Acero

¡Juramos vencer!

 

 

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