Hombre al cual hicieron falta más de 150 balazos para asesinarlo.
Hombre de pocas letras y de muchas ideas.
Hombre que se dio cuenta de la importancia de las letras y a un mes ser gobernador fundo más de 50 escuelas.
Hombre de mitos, difamaciones, de chismes populares, de leyendas…
Sin duda alguna el General Francisco Villa es el personaje de la Revolución Mexicana que se encuentra mayormente vinculado a la leyenda popular.
El General Villa, de nombre de pila, José Doroteo Arango, vivió en sus primeros años de adolescencia la crudeza y crueldad que la pobreza trae consigo. Condiciones marginales convirtieron aquel adolescente en un forajido, al que se le orilló, como a cualquier joven en la actualidad, a renunciar a la “tranquilidad enajenada” en la que se apresa a la sociedad.
La maquinaria capitalista, hoy en día se encuentra perfeccionada, posicionando sus cuatro garras (desprecio, despojo represión y explotación) y aferrándose como un sistema basado en la explotación de las mayorías para beneficio de las minorías. Las condiciones que en los tiempos del General imperaban contra el pueblo, hoy podemos asegurar que operan con la misma impunidad de entonces; el sistema electoral y su democracia representativa en lugar de mejorar la situaciones hostiles, las acrecienta, marcando día a día la inmensa barrera que separa al pueblo de la clase explotadora y sus lacayos.
Vivir en el marco de lo que permita la ley es para los cobardes; romper la ley, cuestionarse, luchar contra las injusticias, proponer en todos momentos el cambio; son actos revolucionarios que el Joven Doroteo resaltó en su persona. Los militantes de la JCM, apreciamos en el Villismo, la fuerza y bravura del pueblo, comprendemos que nuestras acciones deben ser apegadas a los principios básicos del “ser pueblo”, estar con “El” y luchar por “El”. Declaramos que somos Villistas y que nuestro trabajo político siempre estará impregnado de la rebeldía que acompañó al General y a todos sus Dorados.
Trasgresor, anti sistémico; cualidades detonadas y mitificadas por la historia que emana al defender la honra de su hermana mancillada; estás hacen del personaje un buen guion para una novela literaria.
En la Juventud Comunista de México, reconocemos a la persona que actuó con valentía y honor frente a condiciones sociales de humillación y explotación.
A la persona que reconocía los derechos de los desposeídos; a la persona que defendía la honra de todos todo un pueblo junto con sus hermanos de clase.
Aquella persona, que cambió la presidencial, por la del siete leguas; a esa que defendió con fusil en mano y no con discursos, los intereses de la mayoría.
Villa el estratega militar, al que después de tres años de haberlo asesinado, le fue robada la cabeza para analizar el origen de su inteligencia; o simplemente como venganza de aquellos, sus grandes enemigos que nunca le perdonaron la invasión.
El jefe de la gloriosa división del norte. El enemigo número uno de los catrincitos, de los perfumados.
Nosotros reconocemos al igual que Villa, que esos perfumaditos son el enemigo de clase, son los que se deben combatir y acabar.
A 139 años del Natalicio del General Francisco Villa, en la JCM reconocemos la tenacidad e inteligencia del Centauro del Norte, en el campo de batalla.
Nos identificamos como herederos directos de los principios que lo formaron a el como un gran revolucionario.
Hemos jurado vencer a los que le heredaron su poder dictatorial y represivo al viejo Porfirio ; a los que aprendieron las falacias y engaños con las que el chacal de Victoriano Huerta usurpó el poder; identificamos como nuestros enemigos de clase a todos los perfumaditos, dueños de las trasnacionales que se encuentran y que de forma descarada saquean la riqueza de nuestro país.
Al igual que nuestro General Villa, la Juventud Comunista de México, nunca se venderá, no se rendirá y jamás claudicará.
¡Viva Villa Cabrones!
Por Eduardo Reyes / JCM Aguascalientes
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