Inmersos en la dinámica actual del vigente proceso electoral respaldado por un supuesto instituto modernizado poco más creíble que el desgastado y difunto IFE, donde de nueva cuenta nos somete al continuo bombardeo de información necia y aberrante, spots publicitarios ridículos, el popurrí guapachoso bailador y cuanta basura visual se les ha ocurrido, todo esto con el fin de integrar nuevamente a la población al nuevo proceso electoral que como ya es costumbre en este país no es más que un respaldo protocolario de la clase política para argumentar que en México existe democracia, los costos y presupuestos destinados para este teatrito al que nadie se atreve a llamarlo simulación de la democracia son altísimos, inmensurables y nada trasparentes o auditables ya que día con día puede uno observar las cifras que los medios de desinformación nos proyectan, una cifra luego otra y otra, unas ocasiones a la baja y otras la alta pero al final nadie supo nadie vio a cuánto asciende el gasto, es vergonzoso pensar que esta burla de la clase política es prioritaria en contraste los presupuestos para salud, educación y vivienda, entonces pregunto yo ¿Quién votaría por un proceso electoral que reduce presupuestos a los programas para beneficio de la sociedad?.
¿Por quién voto? Eso no importa si no podemos comprender ¿cuál es rol que juega mi voto? ¿Por qué es tan importante mi voto? Bueno si hay algo que interese a la clase política de mi país es que la sociedad acepte el macabro juego de las elecciones, si hay una verdadera agrupación que defiende sus intereses esa es la clase política mexicana quien en realidad no le importa que color gana o pierde porque si de algo podemos estar seguros es que todos ellos trabajan para defender los intereses de algo más grande que se llama imperialismo. Cada voto de cada mexicano que asiste a las urnas con la ilusión de que su voto pose un valor, que se presume es libre y secreto, cada boleta (voto por voto y casilla por casilla) está votando solamente por los administradores de los intereses de los grandes monopolios, empresas y elites financieras, no importa el partido, no importa el candidato, porque quien realmente gobiernan son los grandes poderosos. No existe hoy en día ningún partido electoral ni ningún candidato que pretenda poner en duda la política y reformas que han terminado de entregar a la clase trabajadora a la naturaleza devoradora de los monopolios, no existe dentro de ningún partido político si quiera un programa que pretenda mejorar las condiciones de los trabajadores y sus hijos en este país. Pregunto yo a los mal llamados partidos de izquierda (rábanos), a los socialdemócratas, humanistas, los que se mueven con el ciudadano, futbolistas, actrices ficheras y payasitos ¿para qué quieren mi voto? Es acaso una prioridad para ellos poner en duda el sistema político económico de este país y transformarlo por un sistema democrático, que asegure la salud, el trabajo, la vivienda, alimento, la educación y enriquecimiento de mi espíritu y dignidad, es acaso que mi voto tiene el poder de revolucionar y no de reformar lo que se ha edificado para beneficio de pocos y yugo de muchos, Acaso mi voto tiene el poder para impedir que mi país continúe siendo un tesoro que saquean extranjeros y cárcel para trabajadores. Es por eso que este proceso electoral y los que vengan no representan mis intereses como trabajador porque sea quien por quien yo vote estaré votando por que me esclavicen, estaré votando por ladrones, vende patrias, narcotraficantes y asesinos.Yo voto por los 43 desaparecidos por criminales entre ellos el estado, yo voto por que la democracia se construya desde el barrio, la escuela, el trabajo y la calle, yo voto por la dignidad de los desposeídos, por los olvidados, los diferentes.
Yo voto por que se organice todo el proletariado del mundo y mi pueblo para derrotar a la mentira. Yo voto por la dignidad rebelde que se organiza y lucha para nunca más aspire a simplemente una mentira, un voto.
Carlos de Santiago
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