Hace uno días al abrir cualquier medio de comunicación, físico o digital encontrábamos de forma recurrente la misma noticia “EZLN y CNI lanzaran candidata indígena independiente a las elecciones del 2018” aunque en honor a la verdad no fueron pocas las notas que obviaron al CNI, tomando en cuenta las anteriores propuestas de los zapatistas y sus posiciones en pasadas elecciones podemos decir que el anuncio fue cuando menos ampliamente comentado. Las respuestas a este acontecimiento fueron variadas, en el espectro político e ideológico del país, desde la derecha conservadora y católica, pasando por los neoliberales de traje y corbata, terminando con la izquierda institucionalizada y mesiánica, encontramos racismo y un clasismo encubierto ¿Cómo es posible que la indiada proponga un candidato?
Ahora bien, este no es un artículo sobre como han reaccionado todos esos grupos, ese no es su propósito, sino entablar un diálogo con todos los que (como nosotros) se han visto sorprendidos con esta declaración ¿quiere decir que el EZLN se ha vendido y ya no será diferente a cualquier Zambrano Grijalva (con un pasado en la Liga Comunista 23 de Septiembre) o a un Daniel Conh-Bendit (líder en el mayo del 68) ahora institucionalizados y derechizados? No es difícil sentir asco ante personas así ¿Significa esto acaso que debemos de seguir siempre los lineamientos del EZLN y que todos nos iremos de cabeza al proceso electoral? El recuerdo de todos los fraudes electorales es reciente, una pregunta obvia es que si no permitieron a Cuauhtémoc Cárdenas o a López Obrador ser presidentes ¿Por qué esta posibilidad si sería posible para una mujer indígena de la verdadera izquierda?
Otra pregunta que nos llega de pronto seria ¿es congruente seguir apoyando al EZLN y el CNI en esta aventura cuando mantenemos una política de ruptura con el sistema?
Sin ánimos de pretender imponer nuestra opinión nos gustaría analizar algunos detalles aquí que permitan clarificar el debate y convertir el intercambio de ideas hacia un análisis más claro de la situación, el análisis concreto de la realidad concreta del que habla Lenin.
Entonces ¿Cuál es la clave para decidir si seguimos aliados al EZLN y el CNI para pasar a ser simplemente compañeros de ruta o pasar a clasificarlos directamente como parte del sistema? Cabría la posibilidad de establecer un marco teórico para responder esta pregunta.
En el sentido filosófico del término el “Acontecimiento” es un imposible que cambia la forma en la cual percibimos el mundo, una irrupción simbólicamente discontinua que desafía las explicaciones ideológicas anteriores, es aquello que Sartre llamara expansión del campo de lo posible o Zizek quien lo compara con enamorarse de alguien, algo contingente que sencillamente sucede y cambia completamente nuestra vida. El acontecimiento es un acto revolucionario que trae algo imprevisible, desconocido e inaceptable para la lógica dominante que cambia la forma en la cual entendemos lo existente y nuestra relación con ello, es el horizonte que crea nuevas posibilidades… es obvio entonces que el alzamiento del EZLN en el 94 fue un acontecimiento ¿será también esta candidatura en el 2018 un acontecimiento? Me parece es la pregunta válida, si esta candidatura representa la normalización e institucionalización del fenómeno zapatista no podemos considerarla un acontecimiento, ya que no nos trae nada nuevo, pero sí viejas y conocidas historias de derechización y traición a la propia causa. Pero si esta candidatura nos ofrece nuevos límites de lo que podemos considerar posible entonces sí que es un acontecimiento.
Un acontecimiento por sí mismo no significa que cambie el mundo, quiere decir que se abren las posibilidades estratégicas, organizativas, políticas, filosóficas e ideológicas para hacerlo, que lo anteriormente imposible es ahora posible, pero en sí mismo no es un cambio, Lenin afirmó que una revolución es imposible sin una situación revolucionaria, pero que no toda situación revolucionaria se convertía en una revolución, lo mismo podemos decir de otros tantos acontecimientos, ni el juramento de Aníbal y su cruce de los Alpes con elefantes o las rebeliones del 68 condujeron a la caída de Roma o a la revolución comunista.
Que el EZLN participe en las elecciones por otro lado no lo descalifica como grupo revolucionario ¿Acaso defender el triunfo por elecciones democráticas del Frente Popular en la II República en el estado Español es contrarrevolucionario? El mismo Lenin, quien encabezó la Revolución de Octubre vio las posibilidades de la lucha parlamentaria en la Duma imperial (y eso que uno de los seis diputados electos era un infiltrado de la policía secreta del Zar –La Ojrana- entre los bolcheviques) pero usar estos ejemplos sacados de su contexto no sirve para hacer teoría revolucionaria, sirven para hacer catecismos o un argumentum ad verecundiam (los revisionistas tienen mucha experiencia en este campo). Participar en las elecciones democrático-burguesas puede ser revolucionario, pero sólo si las condiciones son las necesarias, Lenin afirmó que nada se lograría desde la Duma más que un espacio gigantesco desde donde expandir el programa bolchevique. Años después en todo el mundo se aposto por frentes populares para detener al fascismo… en elecciones.
Si esta campaña presidencial puede permitir algo a los zapatistas es llevar su palabra a espacios y personas que jamás podrían haberla escuchado antes, decía Althusser que en la lucha política, ideológica y filosófica, las palabras también son armas, explosivos, calmantes y venenos y el EZLN aprendió bien esta lección ¿acaso alguien duda que las palabras y conceptos zapatistas no han cambiado millones de subjetividades? En estas elecciones ¿no les permitirían cambiar millones más?
Es acaso un vuelta a lo mismo ¿acaso los éxitos del EZLN en el pasado para construir autonomía o colocar nuevamente al marginado indígena en la agenda política o las lecciones de los bolcheviques en la Duma y la Revolución de Octubre sirven para repetirlos o acompañarlos acríticamente? Bajo esa misma lógica había que apoyar lo mismo a la URSS que construyó el socialismo y derrotó a los nazis en la misma medida que a la URSS posterior al XX congreso del PCUS, la URSS de la doctrina de soberanía limitada o a la URSS de la perestroika. Lo mismo podría suceder con el EZLN, los logros y luchas del pasado sirven para establecer un marco para entender a los grupos revolucionarios y su evolución, pero no es un método infalible, muchos no lo entienden de la misma forma (el EZLN tiene fans histéricos y autoritarios como los tiene Morena por ejemplo).
Está también la figura aún por revelar de la candidata, en ese aspecto consideramos que no será muy distintas del sub, una botarga (así la llamaron ellos mismos) que será solo la persona y palabra visible de millones de condenados a la explotación y el olvido por el sistema, una voz como millones que se negara a vivir más de la misma forma, su voz será la voz de Madera, Aguas Blancas y Tlatelolco, de Ayotzinapa, Atenco, Acteal y un largo etcétera, será un discurso histórico en un país histérico con el enorme trabajo de explicar el trabajo de los Municipios Autónomos Rebeldes Zapatistas con todo y su desarrollo social y cultural a una población acostumbrada a la manipulación mediática por la clase dominante, lo demás que podamos decir sobre esta persona será esencialmente especulación.
Y tras este largo rodeo volvemos a lo mismo, si confiar exclusivamente en sus méritos y logros del pasado no sirve para juzgar ahora o que la capacidad de crear un acontecimiento o permitan una situación revolucionaria no sean tan fáciles de prever que una receta de cocina ¿en qué fundamentaremos nuestra decisión sobre apoyar o no al EZLN?
La clave está en la afirmación anterior al anuncio que encabeza los periódicos, si bien esta es importante no nos quedemos como los que discuten sobre el dedo cuando se señala la luna, si nos lo preguntan la cuestión clave se encuentra cinco palabras antes de aquella que ha creado titulares “nos declaramos en asamblea permanente y consultaremos en cada una de nuestras geografías, territorios y rumbos el acuerdo de este Quinto CNI para nombrar un concejo indígena de gobierno” ahí está la clave con la cual hemos de decidir si este proyecto será o no revolucionario, cuando aparezcan sus estructuras, sus propuestas, sus modos de hacer política, sus tácticas, sus estrategias, sus objetivos a corto, mediano y largo plazo es cuándo podremos decidir si es un proyecto viable o inviable para la perspectiva revolucionaria y las posibilidades de la victoria de la causa del pueblo que tantas generaciones de lucha anteriores a la nuestra demandan.
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