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28661168 10155074019330810 3631066915130048512 oAnaKaren Rodríguez / Colectivo Rosas Rojas / JCM

 

A lo largo de la historia, las mujeres hemos sido foco de la violencia por el hecho de ser mujeres. De un sistema patriarcal, que nos ve como una posesión, con el único propósito de servir al sujeto masculino; desde esta posición patriarcal se discrimina y violenta todo lo femenino porque se le relaciona con debilidad, aunado a esto, el sistema patriarcal ha encontrado en el capitalismo el nido perfecto para reproducirse con más intensidad. Lo que quiere decir, que hay sectores de mujeres que son blanco de múltiples violencias a la vez.

 

Desde esta perspectiva, en la praxis feminista tendríamos que preguntarnos ¿quién es más oprimida? ¿Una mujer de clase alta o una mujer obrera? ¿Una mujer obrera o una mujer indígena? ¿Una mujer blanca o una mujer negra?, etc. También desde esta visión, se vuelve necesario resaltar y hacer un análisis histórico y político del 8 de Marzo “Día de la mujer Trabajadora”.

Esta fecha se ha convertido en una fiesta, en la que se nos regalan flores, por un lado se nos dice que: somos lo más sagrado, que se nos ha bendecido con el hecho de ser dadoras de vida, que somos el pilar de las familias y que el mundo no sería el mismo sin nuestra “maravillosa” presencia; y por el otro se cuestionan: ¿por qué no hay un día del hombre? Mientras se nos sigue matando, violando y explotando diariamente.

Actualmente, muchos medios de comunicación masiva, programas de entretenimiento y/o redes sociales hacen referencia al 8 de Marzo, solamente como el “día de la mujer”, una de las razones para que el carácter de clase se haya ido perdiendo y olvidando.

El día de la mujer trabajadora, nace como un grito colectivo de las mujeres de clase obrera, mujeres migrantes, mujeres trans, mujeres negras, mujeres pobres, mujeres anarquistas y mujeres comunistas; contra las constantes violaciones de derechos de las mujeres: jornadas laborales mayores a 12 horas, una brecha salarial de aproximadamente 40% menor que los obreros hombres, trabajos denigrantes y además la exigencia de cumplir con las supuestas obligaciones de mujeres.

Se estableció el día 8 de marzo en Copenhague, Dinamarca durante el segundo encuentro de La Internacional de Mujeres Socialistas en el año 1910; una propuesta impulsada por la secretaria general Clara Zetkin con el objetivo de sumar fuerzas internacionales a las exigencias por los derechos de la mujer y por su emancipación política, inspirándose en el antecedente de las socialistas estadounidenses “Women’s day”.

           La primera vez que se conmemoró el 8 de marzo fue en 1911, aunque en el centro de Europa fue el 11 de marzo con diferentes manifestaciones. El 25 de Marzo de 1908, fueron asesinadas alrededor de 120 costureras de la Cotton Textil Factory, en Washington. Asesinadas en un incendio, del que no tuvieron escapatoria, porque el dueño de la fábrica les encerró para obligarlas a permanecer en su trabajo, y de ese modo no pudiesen unirse a la huelga de costureras que tenía ya varios años organizándose, dicha huelga era para exigir la igualdad salarial y la jornada de 10 horas. Este lamentable hecho, dio pie a hacer cambios legislativos en Estados Unidos y además tuvo un impacto internacional que dio como resultado una cadena de manifestaciones y trabajos organizativos con grandes resultados.

Además de lo anterior, ser víctimas directas de los actos de guerra, intensificaron la movilización de las mujeres de clase obrera, ahora, con la consigna “alto a la guerra” dentro de sus exigencias, esto en países de Europa.

Alexandra Kollontai, fue otra de las mujeres comunistas que trabajó arduamente para que se promoviera la importancia del 8 de marzo en la URSS.

En el presente, múltiples mujeres de abajo y a la izquierda, nos seguimos organizando constantemente para que no se olvide la necesidad de hacer énfasis en la cuestión de clase dentro de la conmemoración del Día de la mujer trabajadora, agregando factores que anteriormente se pudiesen pasar por alto, como lo es la raza, la etnia, la preferencia sexual, entre otros que nos hacen más susceptibles a la violencia generada por el sistema patriarcal y el capitalismo; un ejemplo claro de esto, es que el día de hoy 7 de marzo de 2018, se está llevando a cabo un encuentro internacional de mujeres que luchan, en territorio zapatista. Dicho encuentro, fue impulsado por las mujeres zapatistas, quienes son un claro ejemplo de organización colectiva contra el patriarcado y el capital.

Por último, citamos a una Marxista italiana, contemporánea: Silvia Federici:

“Yo siempre digo que el cuerpo de la mujer es la última frontera del capitalismo. Quieren conquistar el cuerpo de la mujer porque el capitalismo depende de él […] Imagínate si las mujeres se ponen en huelga y no producen niños, el capitalismo se para. Si no está el control sobre el cuerpo de la mujer, no hay control de la fuerza de trabajo”

“La igualdad es un término que congela el feminismo, decir sólo que luchamos por la igualdad es decir que queremos la explotación capitalista que sufren los hombres”.

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