En los últimos 50 años la historia del país ha sido manchada por el Estado represor con sangre del pueblo mexicano, un Estado que no conoce ninguna voz que no sea la suya, que no entiende más palabras que su propio eco. Llamamos “guerra sucia” a este conflicto en el que los diversos reclamos populares son acallados con el rigor del plomo más severo, carentes de justicia y sin misericordia. Esa llamada “guerra contra el narcotráfico” (sic), por su parte, ha desaparecido a + de 35 mil personas, en apenas 12 años.
En el marco de la conmemoración de los 47 años del Halconazo, salimos a las calles a marchar en contra del olvido, y a lo largo de la misma, recobramos la memoria que es menester mantener y que a veces pretenden quitarnos. El 10 de junio se funde, puño izquierdo cerrado y levantado, con el 2 de octubre; con el 5 de mayo; con el 26 de septiembre. Muertxs, desaparecidxs, torturadxs ahora son parte de la cotidianidad y con el legado de estas funestas fechas, más notorias cada vez por los números, se siguen sumando los casos también protestados de Mariela Vanessa Díaz o de Bruno Avendaño, nos recuerdan que los crímenes de Estado y de lesa humanidad son pan de cada día en el país.
El principal inculpado por la masacre del 10 de junio de 1971, ha sido el mentado expresidente Luis Echeverría Álvarez, a quien se le ha absuelto de la responsabilidad de matar a más de 100 estudiantes tan sólo en esta fecha. El nombre del infame Coronel Manuel Díaz Escobar “El Halcón”, también se dejó oír. Pero se escuchó mucho más el nombre del difunto Leopoldo Ayala, poeta por excelencia de la memoria combativa. Pues no se trata de pedir sangre; se trata de protestar contra el olvido en que se ha tenido al pueblo mexicano, y el garrotazo con el que se le regresa a esas tinieblas cada que se ha atrevido a levantar la voz, una voz que no clama por más que el derecho de vivir en paz, con justicia y dignidad.
El pasado domingo 10 de Junio del año en curso, se dejaron oír las voces de lxs estudiantes, de la Normal Rural de Amilcingo, Morelos y el Magisterio, así como las voces de diferentes colectividades a sus justos reclamos; llevamos carteles, mantas y consignas para pegarle un sonoro grito al olvido. En el mitin llevado a cabo en el Zócalo del exDFectuoso, los supervivientes del Halconazo le dieron la palabra al digno pueblo de Atenco, a la Sección XVIII de la CNTE y a lxs familiares de Avendaño y Díaz, en un gesto de solidaridad y de camaradería.
¡Entendemos que no se honra a los nuestros con un minuto de silencio, pues es mucho más alabanza toda una vida de lucha!
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