Una historia que apenas comienza

Por Antonio Ortiz Landin / Miembro del Secretariado Nacional 

Tengo muy presentes las historias anecdóticas de varios camaradas cuando esta fecha se acerca, y es difícil no tener en la memoria las palabras: “Nos dimos cita un puñado de jóvenes aquella fría mañana de enero a las faldas del Castillo de Chapultepec…”. Y aunque uno no estuvo presente en aquella fecha, es imposible no sentir recorrer por el cuerpo ese nervio que percibes cuando sabes que algo grande va a suceder.

            A 14 años de “aquella fría mañana”, es grato poder gritar a los cuatro vientos, soy comunista y milito en la gloriosa Juventud Comunista de México. En el tiempo en que he militado, ha sido una constante el celebrar en estas fechas, ya sea realizando una actividad política o un festejo en donde se recuerden momentos gratos y alegres que la militancia te va dejando. Este año quiero recordar lo acontecido hace un año, ya que a diferencia de otras ocasiones no lo pase con mis camaradas, sino cumpliendo una tarea personal, pero al final de cuentas, una tarea que ayudaría a mi militar en la J.

  El 30 de enero de 2018 realice la defensa de mi examen de grado, para obtener el título de Maestro en Ciencias en Ingeniería Química. Probablemente usted se preguntará esto que tiene que ver aparte de que coincidieron las fechas; pues le comentare que mientras vas “escalando” en la Licenciatura en Ingeniería se te va bombardeando con la idea de que tú debes tener un “puesto grande” con el que puedas ganar grandes cantidades de dinero y te puedas dar la vida por la cual te mataste estudiando por varios años, algo dentro de mí me hacía pensar que eso no era lo mejor, que no sería feliz al no hacer algo que no me llenara o hiciera sentir completo, puedo asegurar que deje de lado esa “vida de grandeza” por militar en la J y el día de hoy no sólo lo agradezco lo presumo.

            Quienes militamos o han militado en la J solemos decir que de esta organización no obtenemos nada, que al contrario, debemos ponerle tiempo, dinero, esfuerzo y chingos de cariño, pero la verdad es que siempre nos deja algo el militar, en este momento me gustaría agradecer a esta organización darme la fortaleza para seguir mis sueños con una gran convicción y dejar de lado la sed de violencia y hambre de dinero que el sistema capitalista promueve en la humanidad y ponerme del lado de aquellas y aquellos que luchamos por la vida.

            Por ultimo me permito copiar la dedicatoria y agradecimientos que incluí en mi tesis. Un abrazo a todas y todos quienes han formado y forman parte de la J, 14 años sonriendo hacia el horizonte, firmes, dignos y alegres.

DEDICATORIA

Quiero dedicarle el presente trabajo a mi familia.

A mi familia cercana, mis padres y hermanos.

Mi padre y madre, por ser los pilares de mi vida y encaminarme de la mejor forma.

A mis hermanos por estar siempre disponibles para mi apoyo.

A mis camaradas y amigos.

Mis camaradas que siempre estuvieron al pendiente de mí y no me dejaron perder el piso.

A quienes conocí antes de llegar a Celaya y tuve contacto durante mi estancia, pero en particular a quienes conocí en esta ciudad, con quienes pude desarrollar una relación tanto dentro como fuera del posgrado y por último, para cerrar con broche de oro, todas aquellas amistades que me dio formar parte de los Bulldogs, el equipo de rugby de Celaya, unas de las mejores experiencias de mi vida.