Frente a las operaciones militares dirigidas por Rusia, es esencial destacar que este conflicto no ha comenzado hoy. Durante mucho tiempo, Estados Unidos, la OTAN y la UE han utilizado a Ucrania en su enfrentamiento contra Rusia.

Se han agudizado los antagonismos centrados en esferas de influencia, cuotas de mercado, materias primas, planes energéticos y rutas de transporte.

La promoción del golpe de Estado neofascista de 2014 es un ejemplo de esta estrategia. Los Estados Unidos, la OTAN y la UE han estado trabajando constantemente para incorporar a Ucrania como miembro de la OTAN. Intentan distanciar a Ucrania de la influencia rusa y utilizar a ese Estado como una marioneta en la estrategia de cercar a Rusia.

Los intentos fundamentales de la OTAN de incluir a Ucrania en la lucha contra Rusia fomentan algunas otras causas de este enfrentamiento, como las tensiones en torno a los recursos naturales, las maniobras militares que han contribuido a la escalada de las tensiones y los intereses imperialistas existentes.

A pesar de declaraciones como la realizada por la Presidencia rusa, culpando a la URSS (con un claro objetivo anticomunista) de la situación actual en torno a Ucrania, Donetsk y Lugansk, está claro que la URSS no tiene nada que ver con esto. Por el contrario, como hemos visto en muchos otros ejemplos en los antiguos países socialistas y democráticos, la alianza basada en la camaradería de clase fue una herramienta fundamental para superar los problemas que han aparecido tras la caída del Bloque Socialista. La restauración del capitalismo supuso el desmantelamiento de históricas conquistas obreras y populares (incluida la paz) y devolvió a los pueblos de la URSS a la época de la explotación de clase y las guerras imperialistas.

Durante los últimos años, a causa de la guerra imperialista, las violaciones de los acuerdos de Minks por parte de Ucrania y las tensiones, el pueblo ha sido el principal afectado. Muchas personas han abandonado sus hogares desde el comienzo de este conflicto, buscando refugio a causa de la agresión ucraniana apoyada por los EEUU, la OTAN y la UE y debido a las contradicciones entre las potencias.

La FMJD exige el fin de la última operación militar así como de todas las agresiones que ya se estaban produciendo antes de los últimos acontecimientos. Exigimos el fin de la guerra imperialista y rechazamos cualquier escalada de la tensión. Nos oponemos a las sanciones anunciadas porque la clase trabajadora es siempre quien sufre las consecuencias más duras de las mismas. Llamamos a una solución política y pacífica basada en los intereses de la juventud y del pueblo, respetando la voluntad popular. La lucha de los pueblos y de la juventud es necesaria, contra la guerra imperialista, los monopolios y las clases dominantes, para el fortalecimiento de la lucha de clases y la lucha contra el imperialismo.

La juventud y los pueblos de todo el mundo no tienen nada que ganar con esta situación. Animamos a la juventud antiimperialista de todo el mundo a luchar contra el imperialismo; por la disolución e incluso el derecho a la desvinculación de las alianzas imperialistas como la UE y la OTAN; y contra la contribución de las clases dominantes de sus países en esta situación mediante la colaboración militar, la cesión logística y de bases y el apoyo político y económico. La lucha contra la guerra y por el fin del imperialismo, la etapa monopolista del capitalismo, es nuestra principal tarea. Sigamos luchando hasta construir una paz duradera y una sociedad libre de explotación y de cualquier tipo de opresión.

Federación Mundial de la Juventud Democrática.


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