Las últimas semanas nos han inundado con noticias sobre la falta de agua en el estado, pero hay una pregunta que permanece, en el mejor de los casos, contestada vagamente ¿Por qué no hay agua en Nuevo León? A veces pasa completamente a segundo plano en un intento de hacer ver la escasez de agua como una cuestión enteramente natural y en otros casos, se culpabiliza a la persona promedio.

Pero sin duda hay una tercera vía para darle respuesta a este cuestionamiento: no es sequía, es saqueo.

Ni la escasez tiene un origen meramente natural ni las personas de a pie cargan con la culpa. Para llegar a esta conclusión, hay que dar dos pasos hacía atrás y preguntar ¿Quiénes son los dueños del agua en México?

En principio, el agua es un recurso natural que pertenece a todo el pueblo de México y por ende es regulada por el gobierno, pero con el propósito de llegar al fondo del asunto hay que cuestionar ¿A qué hace caso un gobierno como el nuestro, al poder económico o al pueblo? La clase política se ha encargado de que la respuesta sea obvia: ponen al beneficio de los ricos como supremo rector de sus decisiones, dejando al pueblo con las sobras.

Entonces tenemos que un gobierno que quiere llenar sus bolsillos regula el agua. Lo siguiente que hay que preguntar es ¿quién tiene el dinero y quiere agua? ¿Qué empresas consumen agua en Nuevo León?

Nuestro estado alberga a algunas de las empresas embotelladoras más grandes del país, cuyos propietarios son familias de increíble poder adquisitivo, que podrían sin problema alguno pagar toda una campaña político-electoral a cambio de algunos favores. Como es el caso del gobernador del estado, Samuel García, quien ha presumido en innumerables ocasiones su buena relación con uno de los empresarios pertenecientes a una de las familias multimillonarias propietarias de una de las embotelladoras más grandes del país.

Entonces, la conclusión es más que evidente, en un gobierno donde lo primordial es la ganancia, los políticos se venden al mejor postor y sirven los intereses de los multimillonarios, si ellos quieren agua, el gobierno les dará preferencia a ellos.

Las embotelladoras tienen concesionadas sus propias fuentes de agua, pero podrían estar consumiendo un volumen mayor al que estas fuentes pueden proporcionar, llevándolas a consumir de las fuentes públicas. En este contexto, el hecho de que no haya agua en nuestros hogares también podría beneficiarles ¿Por qué este es el caso?

Si el estado no es capaz de regular el agua, si los empresarios son los héroes del cuento “donando” de sus fuentes como quieren pintarlo, y si las embotelladoras se dedican a vender agua ¿cuál es el siguiente paso en un gobierno como el nuestro? la privatización.

A la sequía se le tiene que enmarcar en este contexto, en el que el gobierno se mueve hacia donde sus amigos con dinero quieran, y lo que estos quieren es más agua para mantener o incluso expandir sus ganancias. La privatización, excusada en la “ineficiencia del gobierno” es el último paso en esta pugna por el agua.

Por eso, de manera inmediata nuestras demandas son:









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