Hoy, en este 28 de septiembre de 2024, rendimos homenaje a la valiente lucha de las viudas y familiares de los mineros atrapados en Pasta de Conchos. Hace 16 años, con su determinación y valentía, desafiaron la indiferencia de las autoridades y se adentraron en las profundidades de la mina, demostrando que el amor y la memoria de sus seres queridos no se abandonan. Su lucha incansable por justicia y dignidad resuena en cada rincón del país, inspirando a todos los que creen en la necesidad de un cambio real en el trato hacia los trabajadores. Recordamos a los 65 mineros y nos unimos a ustedes en su demanda por verdad y rescate, reafirmando que no están solos en esta batalla por la justicia. Su perseverancia es un faro de esperanza en la lucha por los derechos laborales y humanos en México.

Cuando la empresa encargada de las minas no intentó siquiera el mínimo para rescatar a los compañeros, su respuesta fue huir, negar, mentir, tratar de borrar evidencias, tratar de comprar silencios. Pero aquí hay dignidad.

Y nosotros no huimos, creemos en que la perseverancia vencerá, mientras más unidos estemos, mientras más manos trabajen por esclarecer lo aquí sucedido.

El trabajo de un minero es riesgoso, adentrarse kilómetros dentro de la tierra para extraer los materiales que la empresa demanda, y los mineros a cambio reciben un salario mínimo y pésimas medidas de seguridad, porque las pruebas existen de que la mina 8 no estaba en las óptimas condiciones, pero mientras el minero pueda seguir laborando, la mina no cesa.

Y aquí está la resistencia, desde el amor a los compañeros que quedaron atrapados, desde el coraje y resentimiento a los años de demandas no escuchadas, desde el cansancio de largas horas de rescate independiente, desde la esperanza de que llegue el día del reencuentro con el padre, el esposo, el hermano minero.

Nosotros como Juventud Comunista de México nos solidarizamos con el proceso de rescate porque ningun trabajador merecer ser tratado como un desechable para después ser olvidado y porque no se puede aceptar la impunidad que gozan los culpables y su complicidad con el estado mexicano.

Hoy y siempre, por los 65 mineros, por los 43 estudiantes de Ayotzinapa, por Acteal, por Aguas Blancas, por Tlatelolco del 68:

¡Que tiemble el estado y sus secuaces ante la memoria del pueblo, pues eso anuncia la inminente justicia!

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