La semana del tandeo siempre es más larga… A veces, uno amanece responsable y se acuerda de ver el calendario de tandeo en el grupo de vecinos, pero en otras la realidad hídrica de nuestra ciudad nos toma por sorpresa ya debajo de la llave de la regadera –y ojalá no sea ya con champú en la cabeza… Puede que salgamos enjabonades maldiciendo entre dientes al vecino y su afán por lavar el carro cada fin de semana, a la lavadora de la vecina que la usa diario o al tinaco compartido del edificio.

El capitalismo verde, usando las pantallas y bocinas a nuestro alrededor, nos repite y repite que cada quien con su granito de arena debe contribuir a un “mundo mejor” bañándonos en cinco minutos o reutilizando el frasquito del café soluble. Sin embargo, poco nos dicen que mientras hacemos esos dignos esfuerzos individuales, las transnacionales Nestlé y Coca-cola se ahogan hasta saciarse de la cuenca de La Antigua, o que mal pagan y acosan a los cafetaleros de la región y buscan reemplazar el café de sombra con monocultivos, devorando sistemas diversos que recargan los mantos acuíferos.

Tampoco nos dicen de las empresas que se enriquecen de la extracción de arena en La Laguna, en Coatepec, dejando sin agua los manantiales que además sufren la deforestación por el nuevo libramiento, entre otros males gigantescos que dañan a todos y sólo benefician a unos cuantos. Y encima de esto, la poca agua que nos queda para el uso humano se nos filtra en las venas rotas de un sistema de abastecimiento en donde las fugas representan hasta un 40% de pérdida en el suministro…

Mientras tanto, nuestros gobernantes prefieren enriquecerse con superpostes, puentes y libramientos, interminables obras con sus respectivos contratos privados bien posicionados. Vemos, pues, que hay una red muy clara, un enorme sistema diseñado para servir a los poderosos, sin importar las consecuencias para las mayorías, humanas y más-que-humanas.

Hay quien piensa que la humanidad es un mal que plaga al mundo, pero lo cierto es que la responsabilidad no es pareja, que no toda la humanidad es la que creó este problema y se beneficia de él sino una pequeña fracción: la burguesía, los dueños de las empresas y del capital, pues. Es sencillo: para solucionar esta crisis, necesitamos que desaparezca el capitalismo, no la gente. Las personas que trabajan en sus campos, las que se bañan en 15 minutos o más porque ese baño caliente es lo único que lo relaja luego de repartir todo el día en la moto o en el taxi sufre del mismo mal que los cerros, los ríos, las milpas y las aves: EL CAPITAL. Trabajadores y naturaleza deseamos lo mismo, estamos juntos contra la explotación sin fin del capitalismo.

Decimos entonces que la única forma de defender nuestras aguas, nuestras tierras, nuestras comunidades, nuestras vidas, es peleando por un mundo en el que todo sea de todas, todes y todos, donde la organización de nuestro mundo y la enorme capacidad creativa de la humanidad se pueda usar para la vida y no para el capital. Y si bien este mundo es posible, sólo se puede construir en conjunto con otras y otros. ¡Debemos organizarnos! Tenemos que asumir la tarea titánica de derribar al capitalismo y construir ese mundo. Hoy más que nunca la tarea es unirnos como clase y por la vida. De organizarnos y encontrarnos unas con otras para defender nuestro futuro.

Por nuestra agua, nuestros bosques y nuestra clase.

¡Sólo en el ecosocialismo otro mundo es posible!


21 de Marzo del 2025, Xalapa, Veracruz.
Firman las colectivas M288, Chispa, Rojo Amanecer y Nancy Cárdenas de la
Juventud Comunista de México en Veracruz y la célula Ana María Hernández del
Partido de los Comunistas.

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