Llamamiento de los participantes en el Encuentro Juvenil Internacional dado a conocer en la clausura del evento que sesionó durante tres días de forma virtual desde La Habana

Primera

Construir la unidad en la diversidad, en defensa de las causas justas de los pueblos, «significa compartir el combate, los riesgos, los sacrificios, los objetivos, ideas, conceptos y estrategias», por encima de los intereses personales y el sectarismo; para consolidar la solidaridad, el antiimperialismo y el antineoliberalismo: acción de transformación necesaria en tiempos de y post Covid.

Segunda

Luchar por una paz estrechamente vinculada con el desarrollo, que garantice el bienestar de los pueblos. Rechazar el uso y la amenaza del uso de la fuerza, acabar con las guerras imperialistas, desmantelar las bases y fuerzas militares extranjeras que trasgreden la soberanía e independencia de nuestras naciones.

«La paz y el derecho a una vida confortable y digna deben ser para todos. Esto no nos será concedido de modo espontáneo. Como todas las grandes conquistas del género humano, requiere de nuestra unidad, de nuestro esfuerzo, de nuestro tesón».

Tercera

Cultivar la más hermosa flor, la solidaridad humana, la de sacrificarse por los demás, dentro y fuera de su Patria.

«¡Gloria a esa juventud, a los nuevos salvadores de vidas, que elevan la noble profesión de médicos a los más altos niveles de consagración y ética que ha conocido el mundo! Ellos encarnan el tipo de médicos que miles de millones de personas pobres requieren con desesperada urgencia».

Cuarta

Defender la educación de calidad para nuestros pueblos y el acceso universal a la cultura fortalece la autonomía y libertad de las naciones, antídoto para enfrentar la guerra cultural subversiva y mediática, que tiene como principal objetivo borrar la historia y enajenar a las nuevas generaciones.

«Nuestra juventud debe procurar adquirir aquellos conocimientos que sean más útiles en cada momento de la nación. Sobre todo, si se tiene en cuenta que estamos entrando en una etapa enteramente nueva (…)».

Quinta

Salvar el medio ambiente, reduciendo los efectos negativos del cambio climático, implica luchar por una mejor distribución de las riquezas y por la aplicación de las tecnologías para el desarrollo humano, y no para el lujo y el despilfarro que promueven las sociedades consumistas.

«Hágase más racional la vida humana. Aplíquese un orden económico internacional justo. Utilícese toda la ciencia necesaria para un desarrollo sostenido sin contaminación. Páguese la deuda ecológica y no la deuda externa. Desaparezca el hambre y no el hombre».

Sexta

Exigir el respeto a los Derechos Humanos, sin importar el color de la piel, el credo, la orientación sexual, el género, sin discriminación ni violencia; especialmente el derecho a la vida digna; el acceso universal y gratuito a los servicios de salud y educación; el empleo; y poner al alcance de todos las vacunas y los medicamentos, por encima del mercado; son principios elementales para la construcción de un mundo mejor por el que luchamos y sabemos que es posible.

«Queremos un mundo sin hegemonismos, sin armas nucleares, sin intervencionismos, sin racismos, sin odios nacionales ni religiosos, sin ultrajes a la soberanía de ningún país, con respecto a la independencia y a la libre determinación de los pueblos, sin modelos universales que no consideran para nada las tradiciones y la cultura de todos los componentes de la humanidad».

Séptima

Realizar acciones activas de movilización y campañas mediáticas para exigir que cesen los bloqueos, sanciones y medidas coercitivas unilaterales contra las naciones, que dañan a los ciudadanos, socavan la soberanía y la autodeterminación de los pueblos. En particular, exigir el levantamiento del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por el gobierno de los Estados Unidos contra Cuba, que constituye el principal obstáculo al desarrollo económico y social del país, y una violación masiva y flagrante de los derechos humanos del pueblo cubano.

«Queremos un mundo (…) sin crueles bloqueos que matan a hombres, mujeres y niños, jóvenes y ancianos, como bombas atómicas silenciosas».

Octava

Exigir el establecimiento de un nuevo orden económico internacional justo y equitativo; la democratización de las Naciones Unidas y las instituciones financieras regionales e internacionales; la integración, la cooperación y las relaciones civilizadas entre las naciones con respeto a la soberanía e independencia, a las diferencias existentes entre sus sistemas políticos, económicos y sociales o sus niveles de desarrollo y sin inmiscuirse en sus asuntos internos.

«No somos simples espectadores. Este mundo es también nuestro mundo. Nadie puede sustituir nuestra acción unida, nadie tomará la palabra por nosotros. Solo nosotros, y solo unidos, podemos rechazar el injusto orden político y económico mundial que se pretende imponer a nuestros pueblos».

Novena

Luchar cada día para cumplir con el legado emancipador y hacer realidad los sueños de nuestros próceres, que confiaron siempre en el protagonismo de los jóvenes como generación continuadora.

«Creer en los jóvenes es ver en ellos, además de entusiasmo, capacidad; además de energía, responsabilidad; además de juventud, ¡pureza, heroísmo, carácter, voluntad, amor a la Patria, fe en la Patria! ¡Amor a la Revolución, fe en la Revolución, confianza en sí mismos, convicción profunda de que la juventud puede, de que la juventud es capaz, convicción profunda de que sobre los hombros de la juventud se pueden depositar grandes tareas!».

Décima

«Si los jóvenes fallan, todo fallará. Es mi más profunda convicción que la juventud cubana luchará por impedirlo. Creo en ustedes».

A estas y todas las ideas de Fidel, que son banderas para la juventud cubana y mundial, no les fallaremos.

¡Por ellas lucharemos unidos, viviremos y venceremos!

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