El pasado miércoles 26 de noviembre, a exactamente 2 mese del asesinato de 3 estudiantes normalistas en Iguala Guerrero y la desaparición de otros 43, los estudiantes normalistas vuelven a ser víctimas de la represión del estado, esta vez en Jalisco.

El miércoles 26 de noviembre agricultores de La región Ciénega Jalisco bloquearon la carretera Santa Rosa-La Barca frente a un establecimiento de la empresa John Deere, mientras una representación de ellos se encontraba en la ciudad de México con la intención de dialogar con el gobierno para exigir se suba el precio del maíz. A las 10:00 de la mañana arribaron al lugar estudiantes de la Escuela Normal Rural “Miguel Hidalgo” de Atequiza, Jalisco para solidarizarse con los agricultores y ambos bloquearon la carretera por un tiempo, cuando recibieron una llamada en la que les informaban que les estaban resolviendo favorablemente, se levantó el bloqueo. Se suponía que a las 12:00 del día se iba a recibir en gobernación a la comisión de diálogo, pero luego les dijeron que a la 1:00 pm, luego que a las 3:00 pm, luego que a las 5:00 pm. Cuando les dijeron que los recibirían hasta las 5:00 de la tarde se volvió a bloquear la carretera.

 

Se acercaron unos policías diciéndoles que los apoyaban para lo que necesitaran. “Lo usaron como una estrategia para ver cuántas personas estaban ahí”. Como los campesinos vieron que fueron amablemente, los invitaron a comer y hablaron, los policías les dijeron que estaban con ellos. Luego se retiraron.

Cuando empezó a oscurecer llegaron varias patrullas, y se acercaron unas personas de gobierno con los campesinos y dialogaron. Se acercaron varias veces, y en la última les dijeron que tenían 10 minutos para retirarse, que si no lo hacían los granaderos los iban a quitar. Los manifestantes les dijeron que no se iban a quitar, sino hasta que les dieran solución. Porque ya eran entre 8:00-8:30 pm y todavía no recibían a la comisión que estaba en México. Después de eso, se formaron los antimotines y empezaron a cercar. En respuesta, los presentes realizaron una valla.

Con una bocina y un micrófono que tenían los estudiantes les dijeron que estaban pacíficamente, que no querían problemas, que solamente querían una solución, que querían llevar las cosas bien. Después los antimotines empezaron a avanzar, y cuando los tenían a 5 o 10 metros de distancia les insistieron en que no querían problemas. Habían refugiado sus compañeras en un cuarto que estaba debajo de la carretera para que estuvieran seguras.

Estaban ahí además de los campesinos entre 15 y 17 estudiantes, cuando los policías se acercaron más y empezaron a empujar. Continuaban con la valla, y diciéndoles que no querían problemas cuando lanzaron una bengala y comenzaron a lanzar gas lacrimógeno, agarraron a un estudiante y lo empezaron a golpear. Los rodearon. “Los campesinos que estaban ahí ya eran personas la mayoría adultas, no había mucho que hacer”. Cuando vieron que no podían hacer nada, salieron corriendo. Los persiguieron un rato y los estudiantes se escondieron, mientras veían que pasaban patrullas y no sabían nada de sus compañeras.

Como a las 10:40 pm llegaron policías de la Fuerza Única de Jalisco y sacaron a las mujeres del cuarto en el que estaban, las arrodillaron y las amenazaron diciéndoles que iban a tener 3 años de prisión porque gravar a un policía era un delito.

Una persona (presunto infiltrado) le dijo al encargado de la policía: “esa hija de la chingada trae los videos, y esa es la que nos va a chingar, llévensela”. Al escuchar eso, el policía la tomó del cabello,  la arrastró alejándola de sus compañeras y dándole un golpe en la espalda. La empezó a interrogar e intimidar. Ella sólo se quedó callada, el policía la volvió a tomar del cabello, la regresó con sus compañeras y la volvió a arrodillar. Después las llevaron a la orilla de la carretera. Les quitaron sus pertenencias, a la estudiante que jalaron del cabello, le quitaron una tablet en la que tenía videos con la evidencia.

Cuando el resto de estudiantes que se encontraba en La Normal se enteraron de la represión que estaban sufriendo sus compañeros organizaron un contingente y partieron a las 8:00 de la noche hacia La Barca con la intención de apoyarlos.

Cuando iban entrando a Poncitlán fueron detenidos por policías municipales. Se bajó un estudiante del camión a hablar con los policías para pedirles que les dejaran pasar. Retiraron la patrulla y dejaron pasar el autobús. Pero  al salir de Poncitlán, entrando a La Barca había un retén con policías de la Fuerza única de Jalisco y había también una camioneta negra sin placas. Un hombre vestido de civil que decía que era policía parecía ser el encargado.

Los estudiantes pretendían bajar del camión para hablar con los policías y pedirles que les dejaran pasar. Cuando empezaron a bajar, los policías les aluzaban con una linterna parpadeante e incandescente en la cara y los empujaban para que no se bajaran. No les dejaron avanzar ni bajarse del camión. Les comenzaron también a gritar.

Después comenzaron a intimidar al chofer del camión. Y él se comenzó a poner nervioso. Le decían que no podía avanzar porque tenían que revisarlo porque se veía muy nervioso. Llegó una ambulancia. El chofer decía que no quería bajarse, que él se sentía bien. Después un policía le dijo que tenía que bajarse porque le parecía que venía tomado. Dijeron también: “en el momento que el chofer diga que se siente bien y que quiere irse, nosotros los dejamos pasar”.

Se bajó el chofer acompañado de una estudiante. Subió a la ambulancia, lo revisaron, y estaba bien. Los estudiantes aprovecharon para bajarse del camión y hablar con los policías. Cuando el chofer se baja de la ambulancia, los policías de la Fuerza Única y el policía vestido de civil se lo llevan hacia donde estaban las patrullas sin dejar que se acercaran los estudiantes. Mientras tanto llegó Televisa, que estuvo grabando.

Los estudiantes les dijeron: “¿Por qué no nos dejan pasar?, no somos delincuentes, tal parece que ustedes están trabajando como lo hacen los policías de Iguala”. Los policías responden: “sí, trabajamos de la misma manera”. Los estudiantes les preguntan: “¿entonces también nos van a desaparecer a nosotros?”, responden: “sí, porque nosotros trabajamos de la misma manera”.

Finalmente les impidieron avanzar. Los escoltaron obligándolos a regresar a La Normal. Llegaron aproximadamente a las 12:30 de la madrugada.

Los estudiantes que habían sido reprimidos en La Barca luego de haberse dispersado pudieron concentrarse en un punto aledaño y regresar también a La Normal, ellos llegaron aproximadamente a las 2:00 de la madrugada.

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