Por CJB 1914
Al salir de la jornada de trabajo, sábados medio turno, tratando de olvidar un poco la realidad que pesa, que cae sobre los hombros como un costal lleno de piedras.
– Y a ustedes, ¿quién los manda?–, suelta la pregunta airosa y cansada, como si ya otros hubieran pasado por sus dominios buscando algo, ofreciendo la luna y las estrellas –tal vez a cambio de un voto, o de una despensa, o de material para construcción.
No nos manda nadie, más bien, los nadie nos mandan.
La Cáscara
La larga espera para “echarse una cascarita”, estuvo paciente Fermín, quién el primer día de inicio de talleres se aprestó a proponer la dinámica que secundaría la del cuento –del Árbol, el que quería ser más bello que todos–, una cáscara de “fut”. Al siguiente sábado la misma propuesta, pero nada, no llegaba a realizarse.
Tras más de varias sesiones, comenzó la huelga. Es que los niños y las niñas son celosos con las promesas, no se diga de las que incluyen algún juego de por medio.
Al terminar la dinámica de pintura, que se suponía sería para hacer unas máscaras, llegó la hora de la verdad: Fermín ya tenía puesto el dedo en renglón –tenacidad, terquedad, tozudez o las tres cosas juntas a la vez–.
–Vamos a jugar fut– lanzaba de a poco, en un ritmo progresivo. Al compa de la jota se le ocurrió hacer primero un juego, quesque se llamaba “La fila ordenada”. Total que fue un desmadre hacer la tal fila, el mentado juego, en parte porque Fermín se aventó una sentada, protesta pacífica –y gritona– a la que se sumaron otros dos chamacos, y por otro lado, l@s niñ@s que le entraron al juego de “la fila ordenada”, empezaron huelga también, pero por que, según su pliego petitorio, “los más chiquitos no hacen bien el juego”, hicieron bola y se armó la revuelta.
Tras la revuelta el grupo tomo dos bandos, l@s que querían jugar “fut” y l@s que querían jugar otra cosa. L@s del “fut”, en cuánto vieron luz verde, se dispusieron a construir el estadio, la cancha, el medio campo, las bandas, las zonas de esquina, y los más importante, las porterías armadas con piedras ubicadas la una de la otra con precisión casi milimétrica.
Comienza el Duelo
Al principio se enfrentaron dos equipos mixtos, con niñas y niños, solo aguantaron el primer tiempo.
El segundo grupo de niñ@s ayudó a limpiar y recoger el material que se usó para trabajar, y después de esto se armaron a jugar a brincar la cuerda, que también la hizo de columpio sostenida de una de las ramas del mezquite que hace de techo natural de nuestra “aula”.
El primer grupo de niños perdió unos cuantos que prefirieron irse a saltar la cuerda, pero a éste se sumaron varios adultos, algunos padres de varios niños que asisten a los talleres.
La hicieron primero de árbitros y comentaristas del juego.
Después se animaron a entrarle a la cascarita, reiniciando el juego con la siguiente alineación en cada equipo: los visitantes, conformado por niños y uno de la JCM; el equipo de casa, integrado por tres adultos y dos niños.
El duelo fue reñido, con anotaciones épicas de ambos lados de la cancha, pero llevando ventaja el equipo visitante.
Así se desarrolló la sesión del sábado 25 de abril en la colonia Los Pericos.
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