Se ha dicho que no hay nada peor para una madre que la incertidumbre de no saber el paradero de su hijo o hija, no saber si vive o muere o si lo están torturando. Que difícil es felicitar en su día a 43 madres que no saben donde está su hijo, aquel que salió una mañana del 26 de septiembre de 2014 cargado de ilusiones y con la esperanza de un mundo mejor, tenía que ser, era estudiante de una normal rural.

Desgraciadamente este panorama se ha vuelto cada vez más frecuente, no solo las madres de los 43 no recibieron el abrazo de su hijo este 10 de mayo, según el sistema de seguridad pública, hasta marzo del 2015 se enlistaron un total de 25 mil 821 personas extraviadas o desaparecidas, de estas, 10 mil 836 desaparecieron durante lo que va del gobierno de Peña Nieto, el resto le corresponde a la administración del presidente Felipe Calderón. Estos números, no hacen otra cosa más que confirmar el estado de barbarie en el cual vivimos, producto de este sistema capitalista neoliberal que no ha traído más que desprecio, represión, muerte y desapariciones.

¿Qué acaso el estado no debiera en primera instancia garantizar la seguridad de sus ciudadanos? Y ahora salen los representantes del gobierno, capataces de las corporaciones globales en pomposos comerciales televisivos felicitando a las madres en su día; en eventos que derrochan el presupuesto producto de los impuestos de los trabajadores de México para complacer a algunas afortunadas madres que corrieron con suerte en la rifa. No nos dejemos engañar, esos que regentean la pobreza y las ilusiones de las madres realizan estos actos circenses no por amor o gratitud hacia las madres de México, lo hacen para ganarse la aprobación y perpetuarse en el poder, de otra manera regresarían sus hijos e hijas a las 43 madres y en general a las 25 mil 821 madres que viven con la incertidumbre de no saber la condición de su hijo. Ese sería un verdadero regalo para ellas, e incluso para cualquier madre de México que siente la angustia aunque no sea suyo el perjuicio.

Por otro lado, realmente es admirable la lucha que han emprendido estas madres que no claudican ante la injusticia, que día a día salen a las calles en busca de su hijo e hija amada, ¿y quien en su sano juicio puede recriminarles ese amor que ejemplifica en su máximo esplendor el sentir de la maternidad?. Nosotros los comunistas respaldamos ese acto de infinita humanidad y las acompañamos en la búsqueda de sus hijos, que se convierte a la vez en la máxima reivindicación de amor entre madre e hijo.

Las madres
Madre del alma. madre querida,
Son tus natales, quiero cantar;
Porque mi alma, de amor henchida,
Aunque muy joven, nunca se olvida
De la que vida me hubo de dar.

Pasan los años, vuelan las horas
Que yo a tu lado no siento ir,
Por tus caricias arrobadoras
Y las miradas tan seductoras
Que hacen mi pecho fuerte latir.

A Dios yo pido constantemente
Para mis padres vida inmortal;
Porque es muy grato, sobre la frente
Sentir el roce de un beso ardiente
Que de otra boca nunca es igual.

José Martí

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