MAESTROS clases

MAESTROS clasesPor Eduardo Reyes / JCM – Aguascalientes.

En términos generales podemos hablar de hechos concretos, muy concretos y demasiado concretos, la percepción que tenemos de lo que sucede a nuestro alrededor, muchas veces se encuentra predispuesta a nuestras concepciones históricas, culturales y sociales sobre lo que hemos vivido; es decir, la realidad solemos ajustarla a lo que hemos vivido y con esa experiencia comenzamos a desarrollar interpretaciones que en varias ocasiones nos llevan a asumir posturas empíricas las cuales llegan a tomarse casi como absolutos de lo que consideramos debiera ser la realidad.

 

En estos tiempos, en donde a inicios del año 2020 comenzamos con una serie eventos geopolíticos muy notables a nivel mundial los cuales sin duda nos obligaban a tomar partida sobre quienes tenían razón, sobre el intervencionismo de unas naciones sobre otras, etc. En ese momento también surgían sucesos quizá menos concretos a nuestra realidad; se trataba de una nueva cepa de un coronavirus que despertaba las alarmas en una parte del mundo. Concretamente contábamos con muy poca información sobre los efectos de contagio, pero de algo se estaba seguro, la transmisibilidad con la que se desarrollaba el contagio de este virus hacía que lo tomáramos en cuenta, como un hecho real, pero un tanto alejado de nuestro contexto.

Pasados los días, esta noticia un tanto lejana parecía alcanzarnos, pues poco a poco observamos que las redes sociales se llenaban de datos sobre esta noticia, así como la toma de medidas un tanto cautelosas. Y un día 14 de marzo del presente, se estaba decretando la contingencia, la cual, sin más ni menos, nos tomaba por sorpresa a muchas y muchos en este país.

La Secretaria de Educación Pública instó a todos sus organismos, prepararse para este proceso de aislamiento, la búsqueda de una forma en que se pudieran mitigar los efectos de la enfermedad nombrada COVID-19.

Ante tal suceso, los maestros de todo el territorio nacional se encontraron en un terreno totalmente inexplorado, pues no se tiene en el catálogo de protocolos alguno que responda ante la realidad de una pandemia como la que vivimos en estos momentos.

Frente al COVID-19, surgen un sin fin de situaciones que en primera instancia tienden a modificar la práctica de los docentes pues la enseñanza sufre cambios ante los cuales el magisterio nacional tiene pocas herramientas con las cuales poder hacer frente a la enfermedad de la pandemia. Por otro lado, el aprendizaje de los alumnos y alumnas se ve comprometido, pues al igual que los docentes, los estudiantes sufren modificación en la forma en que normalmente desarrollan éste, el cual consta de la socialización de la experiencia dentro de un aula.

descargaEstas situaciones pueden ser percibidas por la “realidad común”, como algo que es normal, pues ante las situaciones que se perciben por los trabajadores y las trabajadoras, este problema no es más que “algo que no se tenía contemplado que pasara”, pero… ¿Necesariamente estas situaciones en torno a la educación, no pudieron ser resarcidas por el Estado?

La realidad del magisterio nacional es que desde la implementación de la Reforma Educativa, impulsada por la administración de Enrique Peña Nieto y el mal llamado “Pacto por México”, los docentes de este país no han tenido oportunidad de crecer económicamente, pues la promoción horizontal que permite acceder a mejores salarios y prestaciones económicas ha sido eliminada presupuestalmente, o al menos es lo que los líderes charros del sindicalismos magisterial, tienen a bien decir a sus agremiados.

Además las ofertas educativas para la mejora y profesionalización de los docentes, al igual que las promociones económicas, se vieron mermadas desde aquella reforma.

Contextualizando estos hechos, podemos señalar que el magisterio nacional tiene cerca de 7 años sin recibir estímulos adecuados y oportunos, para que estos de manera particular pudieran continuar con su preparación profesional, de igual forma las propias formas que el Estado tiene para capacitar a sus docentes, se vieron reducidas al mismo tiempo.

El magisterio nacional está abandonado ante sus necesidades formativas, las autoridades federales desde el sexenio pasado y del presente, no han logrado satisfacer las necesidades que la propia realidad “sin tiempos de pandemia”, requería, mucho menos, podemos hablar del presente. La realidad para los maestros y maestras es que se enfrentan a las demandas de la sociedad sin ningún respaldo, sólo con la voluntad que la misma profesión genera, hoy más que nunca, la vocación de los docentes, es la que trata de resarcir todos los males del sistema capitalista, se hace lo mejor posible con lo que se tiene, y esto sin duda, marcará una línea estratégica y política para el movimiento magisterial rebelde, aquel que sueña y lucha con un mundo mejor.

La nueva normalidad planteada por el gobierno federal, debería contemplar el reconocimiento pleno de los derechos laborales del magisterio, a fin de brindar los elementos materiales y pedagógicos necesarios para elevar la educación a nivel nacional, pues la desigualdad que impera en nuestro país no permite un desarrollo pleno de la niñez y la juventud mexicana. Por parte de los maestros hay voluntad, aunque se enfrentan a la cruda realidad de los rezagos sociales y tecnológicos consecuencia del neoliberalismo. La vida de la sociedad mexicana no volverá a ser la misma tras esta pandemia, tendríamos que estar pensando además de no ceder y defender nuestras conquistas sociales, en transformar el sistema educativo. Y porque no, también proponer un nuevo artículo tercero, una nueva constitución, un nuevo país.

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