Pensamiento humanista y antiimperialista del líder histórico de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz y la vigencia de su legado para las nuevas generaciones de jóvenes antiimperialistas del mundo.
Intervención de Héctor González Baldizón, Secretario General de la Juventud Comunista de México
A nombre de la Juventud Comunista de México agradecemos la oportunidad para participar en el Encuentro Ideas que son Banderas. Enviamos un fraterno y combativo saludo a la Unión de Jóvenes Comunistas de Cuba y al pueblo revolucionario de Cuba. Reconocemos su destacado papel en la Federación Mundial de la Juventud Democrática y estamos a disposición para continuar nuestras relaciones bilaterales como juventudes hermanas, en la trinchera de la juventud antifascista y antiimperialista.
El Comandante Fidel Castro Ruz representa un hito para los militantes comunistas y especialmente encarna la aspiración del militante que queremos ser, por su disciplina, entereza, alto sentido del compromiso partidario y su esfuerzo extraordinario en la batalla de las ideas. Mientras exista la especie humana el nombre de Fidel será recordado con gratitud por haber trazado a los oprimidos de la tierra la senda de la liberación, de la democracia, del progreso social y el socialismo. Fidel es un referente político vigente para los jóvenes revolucionarios del mundo. Hablar de Fidel es hablar de Cuba, hablar de Cuba es hablar de Fidel. Como bien dijo el Subcomandante Insurgente Galeano del EZLN en 2017:
“Desde la fracasada invasión mercenaria con patrocinio norteamericano, Cuba se llamó Fidel y Fidel Castro tuvo a “Cuba” como apellido de resistencia y rebeldía, de lucha. El país más pequeño, el más despreciado, el más humillado, se levantaba y, con su acción organizada, cambiaba la geografía mundial.”
En síntesis, mencionarles a ambos es hablar del socialismo.
Los principios y valores de la Revolución Cubana sintetizados en el concepto de Revolución descrito por Fidel aquel 1ro de Mayo de 2001, son una guía para la juventud antiimperialista. Asimilar ese concepto nos lleva a preocuparnos por los grandes problemas de la humanidad. Fidel nos alertó en 1992 sobre la necesidad de poner fin a la voracidad del capitalismo, a detener la producción anárquica y contaminante de los monopolios que propicia la destrucción del medio ambiente. Llamó a la redistribución de la riqueza, buscando el desarrollo de las naciones preservando la vida humana y la sustentabilidad del planeta. Hoy más que nunca debemos tener en claro que deber haber menos lujo y menos despilfarro, más acceso a energías y recursos renovables, para que desaparezcan las carencias y no la humanidad.
De Fidel aprendimos el internacionalismo proletario. Nos enseñó que brindar la solidaridad efectiva y oportuna con las naciones que luchaban por su independencia y soberanía frente a la ocupación militar y el neocolonialismo era posible; con modestos y eficientes recursos y con internacionalistas cabales dispuestos a dar hasta la vida. A veces con el fusil al hombro, a veces con la bata blanca en el combate a las pandemias como el Ébola y ahora el COVID-19. Cuba salva vidas, con el esfuerzo solidario y humano de la Brigada Médica Internacional Henry Reeve. Es decir, Cuba practica la solidaridad con hechos, no solo con palabras.
Debemos detener la marcha hacia la catástrofe. Mientras las riquezas y recursos naturales se malgastan o se derrochan en armas e innecesarias guerras imperialistas. En el planeta un número creciente de personas carecen de vivienda, alimentos, agua potable, servicios de salud, educación y empleo. Según las cifras publicadas por Oxfam, el 1 % más rico de la población mundial tiene más del doble de la riqueza que 6.900 millones de personas. Ante ese dato abrumador el único sistema de la vida social que asegura la vida digna, el progreso de los pueblos, los derechos para hombres y mujeres, el avance a una civilización ecológica y de desarrollo sustentable, sin el flagelo de la explotación del hombre por el hombre: es el socialismo.
Cuba resiste y seguirá resistiendo las lamentables consecuencias de un bloqueo económico, financiero y comercial, que es irracional, genocida e ilegal. Que este año causó graves daños a un pueblo firme, digno y combativo. Seguiremos combatiendo cada agresión imperialista, las mentiras de su propaganda y sus arteras maniobras políticas y diplomáticas contra Cuba Socialista.
Martí dijo: “Trincheras de ideas valen más que trincheras de piedra.”
A cuatro años de su desaparición física, en estos tiempos oscuros donde parece que no hay salida. Veamos así a Fidel, como una trinchera vigente y necesaria, donde nos podemos abastecer para seguir con la batalla de las ideas. Los horrores que nos ofrece el imperialismo, los espejismos que ofrece el capitalismo, serán derrotados con el ejemplo y el pensamiento profundamente martiano, antiimperialista y marxista – leninista del Comandante Fidel Castro.
¡Viva el Comandante Fidel!
¡Abajo el bloqueo!
¡Hasta la victoria siempre!
Gracias compañeras, gracias compañeros.
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