Por: Antonio Ortiz, miembro del secretariado nacional

Después de leer, El Estado y la revolución del camarada Lenin se nos aclaran muchas dudas, otras ideas quedan cimentadas con mayor fuerza y en ocasiones se da cuenta de uno que otro error o tibieza que ha tenido uno en algún momento u otro.

            Esta obra es diferente a otras, debido a que en ella Lenin comienza por arrojarnos citas sobre la cuestión del Estado, citas que van en orden cronológico y que al ser guiadas por él cobran un mayor sentido, nos ayuda a entender un poco el tema del contexto temporal en que son escritas las obras de los fundadores del socialismo científico, Federico Engels y Carlos Marx.

            Al final del documento y después de haber esclarecido la mayoría de las dudas sobre ¿cómo debería ser el Estado después de una revolución socialista? señala como algunos contemporáneos y otros antecesores han caído en el oportunismo, esto al no tener una claridad de las obras de los autores antes mencionados y no tener una visión de querer desarrollar una revolución.

            Es decir, en esta obra Lenin se detiene para recordar lo que los creadores del marxismo dijeron, analiza sus contribuciones y la evolución de su pensamiento conforme a los sucesos que ocurrían en aquel entonces. Nos explica, el porqué de sus afirmaciones sobre cómo se debe guiar la revolución y al final utiliza ese conocimiento para señalar las faltas en que algunos han caído. Es casi una obra completa, sino fuera por que justamente se quedo inconclusa por el mismo Lenin.

            El aporte que quiero compartir a raíz de mi lectura es sobre el tema de la implantación del socialismo, el que Marx también llama fase inferior de la sociedad comunista y en el mismo texto se le da varios nombres, dictadura del proletariado, Estado proletario, por mencionar algunos. Lenin señala que este punto es muy debatido por los anarquistas pues dentro de su visión, sea cual sea el Estado debe derrocarse y no existir una autoridad; el mismo Lenin responde ante esta acusación, pese a eso me gustaría compartir un ejemplo que me parece ilustra en gran medida su justificación.

            Imaginemos que nos encontramos a bordo de un vehículo, el cual sabemos conducir, es ese momento del día en el cual todas las personas quieren llegar a su destino y los caminos se encuentran saturados de vehículos. Nos encontramos en la periferia de una ciudad, conforme avanzamos nos vamos acercando a un crucero vial.

Es probable que desde ahorita este usted visualizando el problema que se puede generar, ya que, si bien es cierto, existe una norma no escrita de ceder el paso vehicular y turnarse el paso, en ocasiones la urgencia de llegar al destino sobre pasa los buenos modales y provoca que se entorpezca esta situación.

Podemos visualizar una situación ideal en la cual cada uno de los cuatro carriles se va turnando para pasar a su respectivo carril, pero no estamos exentos de que como mencioné antes alguien presente una urgencia por pasar y esto provoque que alguien más tienda a hacer lo mismo generando que la situación se vuelva caótica. No es difícil imaginar esta situación pues es una de las más comunes que existen en la actualidad, en el capitalismo, la cual es generada en gran parte por el individualismo y egoísmo que nos transmiten los medios de comunicación.

En el momento en que la revolución socialista triunfe y sea el pueblo explotado quien tome las decisiones este tipo de cosas cambiarán, pues al ver este tipo de problemáticas tendremos el deber de resolverlas de la mejor manera aplicando la ciencia y la tecnología que este a nuestra disposición.

Lo más viable sería implementar en un primer momento una serie de semáforos que brinden cierta “justicia” a todos los vehículos en indicar su momento de avanzar, pero como en su texto Lenin nos señala, sería una justicia burguesa pues no atiende a analizar las situaciones y condiciones propias de quien conduce, quienes le acompañan, a donde debe llegar, entre otras.

En un primer momento esa medida atendería la necesidad, pero sería necesario desarrollar una campaña que permita concientizar a todas aquellas personas que manejen algún vehículo, no sólo para que entiendan que existen personas que por alguna emergencia podrían avanzar en una situación extraordinaria y ante la cual deben responder adecuadamente, es decir ceder el paso, pues por algo desarrollan esa conducta, pero que eso no es motivo para que la reproduzcan, así como el respeto ante las y los peatones, bicicletas, motocicletas, sólo por mencionar algunos ejemplos.

 Lo que se acaba de describir de manera muy burda y sin tanto detalle sería la labor del Estado socialista, el de tener un organismo lidereado por el pueblo que atienda sus necesidades y permita educar al mismo pueblo, con el fin de mejorar las condiciones de vida del mismo pueblo. Para que en un momento futuro la sociedad llegue a un momento en el que sea innecesario el que alguien te diga cómo conducir pues nos podremos guiar por el ejemplo de los demás y las enseñanzas de seres cercanos. El fin sería vivir en una ciudad en la que los semáforos sean innecesarios pues tendremos la capacidad de conducir, ceder el paso y comprender cómo actuar sin ellos.

En cambio, si de un día para otro, dejan de funcionar los semáforos de cualquier ciudad, las calles serían un caos, pues las personas no contamos con la capacidad y entendimiento de como manejarnos ante estas situaciones. Esto sería la ejemplificación de si de un día para otro eliminamos el Estado sin una etapa socialista, sería lo que busca el anarquismo.

En pocas palabras el periodo de la dictadura del proletariado, es decir, el socialismo será el periodo en el que la humanidad se concientice de que sólo en colectivo podremos avanzar adelante, vivir de manera digna y en equilibrio con el medio ambiente y el resto de especies que coexisten con nosotros en el planeta. Será el periodo en que dejemos atrás todas los malos aprendizajes que nos dejo el capitalismo y el resto de sistemas económicos anteriores. Así podemos visualizar la importancia y necesidad del socialismo.

PD. Para quienes piensen que en el capitalismo también se pudo implantar un semáforo y ayudar en el cruce vial, la respuesta sería NO, no por que yo lo diga, sino por que el ejemplo se da en la periferia, en esos lugares donde el capitalismo no invierte, en esos lugares donde el pueblo debe aprender a sobrevivir, donde arrojan al pueblo a morir de hambre. Además, la solución no es el semáforo es la concientización, la respuesta es el socialismo.

Categories:

No responses yet

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *