Por Paola Villa Fuerte y Sebastián Banda / CJB Dení Prieto Stock 04/08/2022
“No se puede confiar en el imperialismo ni un tantico así, nada”.
La frase es del Che Guevara y es pronunciada en Santa Clara, cuando triunfa la Revolución Cubana. La frase nace en una discusión sobre el imperialismo y cómo sería el mundo de mejor manera.
¿Qué tiene que ver eso con el aborto?
Simple…gran parte del movimiento sobre todo identitario se ha alineado poco a poco a la agenda marcada por Estados Unidos, desde feministas, disidencias sexuales, de género o raciales al punto tal de llegar a apoyar gobiernos “progresistas” como el de Joe Biden en los Estados Unidos, donde no se tienta el corazón en mandar misiles a países en guerra como Siria o Ucrania a nombre de la “democracia” liberal.
Con lo que sucedió la semana pasada, en que la Corte Suprema de Estados Unidos decidió revocar la sentencia Roe vs. Wade, que desde hace más de 50 años había servido como precedente para que mujeres, hombres y demás personas gestantes pudieran acceder al aborto en el vecino país, ahora muchas personas quedarán desprotegidas y en peligro a ser encarceladas por decidir sobre su propio cuerpo.
Y esto nos debe y les debe dar una lección a todas las personas:
EN TANTO EL PUEBLO TRABAJADOR NO TOME EL PODER POLITÍCO Y ECONÓMICO, LOS DERECHOS HUMANOS SON REVERSIBLES.
Naturalmente no podíamos esperar más de los capitalistas gringos que ponen en peligro las grandes conquistas sociales, no solo en materia de derechos reproductivos, sino también en derechos civiles como lo es la identidad sexual, de género o de reconocimiento a minorías étnicas.
Estados Unidos al ser un país imperialista, definitivamente va a poner en la agenda de sus países títeres (entre ellos México), por lo que esperaríamos un gran revés a los derechos alcanzados con lucha y sangre en nuestro continente. Sobre todo, tratándose de mujeres, pues según vemos en el vecino Estado de Texas, la legislación permite inclusive darle presunción de verdad a quien se atreva a delatar a una persona sospechosa de abortar, muy al estilo de la caza de brujas.
La feminista Marxista Silvia Federici en su libro de “Mujeres, cuerpo y acumulación originaria” alertaba lo siguiente:
“Si aplicamos, sin embargo, las lecciones del pasado al presente, nos damos cuenta de que la reaparición de la caza de brujas en tantas partes del mundo durante las décadas de 1980 y 1990 constituye un síntoma claro de un nuevo proceso de «acumulación primitiva», lo que significa que la privatización de la tierra y de otros recursos comunales, el masivo empobrecimiento, el saqueo y el fomento de la divisiones de comunidades que antes estaban cohesionadas han vuelto a formar parte de la agenda mundial”.
En la revocación de la sentencia Roe vs Wade hay un elemento clave: el control de los cuerpos gestantes pobres y racializados. Si bien las limitaciones en derechos reproductivos parecieran ser una medida igual de severa para todas las mujeres residentes de E.E.U.U, el efecto que esta decisión tendrá sobre el sector disidente en este país será mucho mayor.
Tomemos, por ejemplo, el caso de las mujeres que viven en Texas: su acceso al aborto estará condicionado completamente por su capacidad económica de movilizarse al estado más cercano en donde la interrupción al embarazo no ha sido restringida. Si no tienes el suficiente dinero para pagarte un ticket de avión, serás obligada a parir un hijo no deseado.
O bien, pensemos en una mujer pobre (o sin papeles) residente de Alabama que no es capaz de moverse miles de kilómetros para realizarse un aborto a causa de una violación. El estado no sólo la obliga a parir; el estado no sólo la deja en deuda porque no existe un sistema de salud gratuito; el estado, “The Land of The Free”, protegerá los derechos parentales de su violador y éste podría incluso recibir custodia del hijo nacido.
Además, parece casualidad que aquellos estados donde los barrios más grandes de personas latinas están asentados, son los que colocaron las medidas más severas en contra de los derechos reproductivos. Tomemos en cuenta que Estados Unidos se quedó en un cuello de botella demográfico desde hace décadas. ¿Cómo aseguras el statu quo de las próximas generaciones gringas si te estás quedando sin la mano de obra barata con la que tu población siempre ha contado? Obligando a la clase obrera a parir más personas para poder explotarlas.
De nuevo y como siempre, las minorías son las que sufrirán con las consecuencias más cínicas de las restricciones impuestas sobre los derechos reproductivos. De este lado, habrá que estar alertas para el efecto dominó que podría sobrevenir en Latinoamérica.
Por la misma razón, nuestra posición política siempre pondrá el Marxismo-Leninismo como herramienta en favor de la lucha de los pueblos, no alineándonos a posiciones liberales de interseccionalidad o de identidad que no cuestiones la propiedad privada, porque quienes al final de cuentas vendrán pagando los platos rotos seremos las personas más pobres.
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