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11222117 821607464574058 1730071111852268619 nSomos comunistas mexicanos, por definición luchamos contra un sistema político podrido, irracional y absurdo, este se ve representado en el estado mexicano y sus aparatos ideológicos o represivos, pero ser comunista es también solidaridad internacional, bien lo dijo Marx: “Proletarios del mundo, Uníos”.

 

En el caso de la brigada María Rodríguez Murillo la visita de los reyes del Estado Español a la ciudad de Zacatecas no podía ser desaprovechada para manifestar nuestra inconformidad contra la autoridad de unos reyes que deben su corona a la brutalidad del régimen nacional-católico, el genocidio de la población republicana y el exterminio y persecución de comunistas e independentistas tachándolos de “terroristas”. Nuestra solidaridad activa con quienes día a día se enfrentan contra los desahucios, con quienes luchan por rescatar la memoria histórica de los luchadores antifascistas, con quienes han sufrido las cargas de la guardia civil, con los secuestrados por fiscales y policías que languidecen en cárceles franquistas, para nunca olvidar La nueve, los españoles que liberaron París de los nazis.

Así que junto al magisterio disidente, alumnos de la UAZ y en general con todo zacatecano inconforme con la pantomima de la visita real los militantes de la Juventud Comunista de México salimos a gritar “No pasarán” custodiados por un fuerte contingente de soldados, policías y los tan conocidos “orejas”, policías de civil monitoreando nuestras actividades.

“Libertad a Alfon”, “Vivan los mineros asturianos”, “Libertad al camarada Arenas” “Absolución a Pablo Hasel”, “dejen en paz a los brigadistas internacionales que combatieron en el Donbass”, “que se joda la ley mordaza”, viendo el clima político español incluso, sin ánimos de profecía incluso se gritó “no jodan a Paco Arcadio”. “Únete pueblo, hoy es tu día, para chingar a la monarquía.” Y por supuesto no podía faltar un “Viva la república” canticos como Bella Ciao, Jornaleros andaluces, sin ser españoles se entonó “Venceremos”, se concluyó con el himno de los trabajadores del mundo: La Internacional y por supuesto se desplego una bandera republicana.

Acaso éramos pocos y poco se escuchó nuestra voz, los medios locales y nacionales lo callaron y no muchos se enteraron del porqué de nuestro asco, pero ellos, los vampiros del Estado Español se pudieron enterar que el fantasma de Robespierre y la guillotina recorre ya no solo Madrid, Barcelona, Bilbao y otras tantas ciudades del Estado Español, en este lado del Atlántico la monarquía también nos parece nauseabunda, hoy aprendieron que la solidaridad no conoce fronteras.

 Brigada María Rodríguez Murillo

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