En rueda de prensa, convocada el pasado 16 de julio, los mineros en huelga de “El Coronel”, complejo minero de la empresa FRISCO, de grupo Carso, explicaron a los medios de comunicación presentes por qué es que decidieron el paro. 
 
El aguinaldo, desproporcionado con las millonarias ganancias de la empresa, fue sólo la gota que derramó el vaso. Ese fue el colmo de la negligencia del sindicato de la CROC, del que dicen “Nunca nos representó”. Los mineros se preguntan, con respecto a aquel sindicato, por qué después de un año de violaciones a sus derechos es hasta ahora que quiere representarlos (paradójicamente, pidiendo que sean desalojados de la mina por la fuerza pública).

Al escuchar sus experiencias, uno también se lo pregunta: Trabajar en una mina sin seguro de vida, con una seguridad social a la que se tiene acceso restringido, donde eran víctimas de humillaciones por parte de los directivos y personal de confianza, donde toda queja e inconformidad del trabajador era, invariablemente, contestada con el despido. Además denunciaron las condiciones precarias en que desempeñaban su trabajo, como señal de la indiferencia de la minera y del sindicato ante sus problemas. Por poner un caso, tenían que trabajar tres turnos con un cubre bocas cuya vida útil es a lo sumo de uno. El salario sólo se podía aumentar con horas extras, pues los bonos por puntualidad, asistencia, y en general, cualquier tipo de bono, fueron eliminados. Todo mundo sabe que en México el monto del salario es casi siempre menor a lo que el trabajador necesita para subsistir, pero los bonos hacen la otra parte indispensable, aunque condicionada. Así, la empresa puede reportar un menor salario ante la seguridad social y condicionar una parte del sueldo del trabajador a su sumisión incondicionada.
 
Los trabajadores dijeron que no quieren saber nada de ese sindicato que permite el trabajo de sus agremiados en tales condiciones.
 
La gota que derramó el vaso
 
Las utilidades que la compañía propiedad de Carlos Slim obtiene de El Coronel han ido en aumento año con año. En 2011 fueron de 570 millones de pesos; en 2012 de 800 millones. Sólo en el primer trimestre de 2013 fueron de 700 millones. Las utilidades de los trabajadores, en contraste, fueron menores a las del año anterior. En 2012 recibieron 40 000 pesos; ahora sólo 38 000. Después de la rueda de prensa los mineros nos contaron que su aguinaldo en realidad subió en el papel, aunque ellos recibieron menos. En teoría su reparto de utilidades fue de 50 000 pesos, pero les retuvieron 12 000 en calidad de impuestos ¡12 000 pesos!
 
¿Y el sindicato? Por ninguna parte. Los mineros señalaron que su sindicato se dedicó todo el año sólo a llevarse la cuota sindical.
 
Con respecto a sus utilidades, los mineros son flexibles: “Nuestra petición es que el aguinaldo sea de 80 000 pesos, pero eso es negociable. Lo importante para nosotros es que la minera muestre la sensibilidad de sentarse a negociar, que no quiera resolver el conflicto con amenazas o mandando a sus golpeadores”. Lo que quieren es que la empresa muestre con documentos la magnitud de su ganancia, a lo que hasta ahora se ha negado. En las últimas negociaciones a que accedieron, en la ciudad de México, la oferta de la minera fue totalmente inflexible: 50% de salarios caídos y conservar sus empleos.
 
En lo que sí son inflexibles los trabajadores es en lo referente al sindicato. De la CROC no quieren saber ya nada; Su sindicato tiene que ser el SNTMMSSRM, presidido por Napoleón Gómez Urrutia.
 
“Somos los más interesados en que esta situación se resuelva” afirmaron los mineros en la rueda de prensa, pero van a continuar el paro hasta que haya una respuesta satisfactoria por parte de la patronal.
Contraste entre sindicatos
 
Durante la rueda de prensa un minero expresó enfáticamente: “Nosotros paramos la mina, no el sindicato nacional”, El SNTMMSSRM llegó a apoyarlos una vez comenzado el paro, pero ellos fueros quienes tomaron la decisión porque “¡Ya era mucho!”.
 
La CROC nunca defendió sus derechos y ahora pide la represión del Estado contra ellos. Además, anda repartiendo despensas para ganarse a la gente de las comunidades aledañas. El Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros y Metalúrgicos “Napoleón Gómez Sada”, de Carlos Pavón, se ha manifestado en todos su pronunciamientos a favor de la minera. En cambio el SNTMMSSRM ha estado con los mineros desde que ellos mismos así se lo solicitaron; ha enviado a sus representantes, que están presentes en la mina en todo momento y está apoyando con recursos económicos para mantener el paro por el tiempo que sea necesario. Jesús Rodríguez, delegado especial del SNTMMSSRM, declaró: “Dicen que estamos preparando nuestra retirada. Falso; el sindicato nacional va a estar aquí pase lo que pase”.
 
La sociedad con los mineros
 
La empresa se afana inútilmente por minar el apoyo que los huelguistas reciben de las comunidades aledañas. “¿Cómo esperan ponerlos en nuestra contra, si son nuestros padres, nuestras madres, nuestros hermanos? Nosotros somos hijos de los ejidatarios”. Además, la gente de los alrededores no está muy conforme con la minera. En la comunidad de Boquillas nos dijeron que la minera no hace nada por evitar las nubes de polvo que cubren su pueblo cuando se está moliendo el material, que sus niños se enferman todas las semanas de las vías respiratorias, que están contaminando sus presas y pozos. Además, la gente de los alrededores está indignada por el proceder de la minera que contrató golpeadores para romper el paro cuando recién comenzaba. “¡Eso no está en la biblia!”, nos dijo don Juan Esparza, habitante de Boquillas, mientras nos mostraba las cuarteaduras que las explosiones han causado en su vivienda. Él, como mucha gente de los pueblos cercanos, no puede creer todavía que exista gente capaz de hacer lo que hizo la minera: acarrear extraños, algunos de ellos drogados o alcoholizados, para golpear a sus trabajadores que sólo luchan por sus derechos. “Eso no se perdona, eso no puede ser”. “Creen que por dos piñatas que le han traído a nuestros niños ya les debemos algo. Nosotros estamos para apoyar a nuestros hijos y a los trabajadores”. 
 
De regreso en la mina los trabajadores nos comentaban: “Aquí estamos muy bien, convivimos, nos mantenemos unidos. Gracias al apoyo del sindicato, de nuestras comunidades y familias, aquí siempre hay qué comer y la gente está contenta, siempre estamos como de fiesta, conviviendo”. 

Categories:

Tags:

No responses yet

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *