El primero de mayo de 1889 fue declarado como Día del Trabajador, por acuerdo del Congreso Obrero Socialista de la Segunda Internacional celebrado en Paris, como un homenaje luctuoso a “Los mártires de Chicago”, año en el cual miles de trabajadores cansados de ser explotados, decidieron defender sus derechos laborales y se lanzaron a las calles para exigir una jornada de 8 horas, el derecho a huelga, la libertad de expresión, a la libre asociación, a un trabajo y a un salario digno, lucha en la cual muchos murieron en ese intento, por lo que hoy en día se conmemora el 1º. de mayo en diversos países “El día del trabajo”, celebrándose por primera ocasión en México en 1913 donde los obreros exigían sus derechos.

 

Y una vez más se tuvo que salir a exigir los derechos que nos corresponden, marchas fueron dos, una, la oficial, la de los sindicatos charros, la del gobierno, esa en la que desfila el PRI y sus organizaciones “populares” marchas de 15 minutos, fotos oficiales, abrazos entre gobernadores y líderes sindicales obesos y con evidentes signos de abuso de sustancias adictivas (legales e ilegales) la otra la del pueblo, la de los maestros, padres de familia, la de los estudiantes, la de obreros y campesinos, la de los comunistas.

La reunión se concertó desde las 9 de la mañana, ni la tenaz lluvia ni el frio impidieron que se formaran los contingentes, por aquí y por allá grupos pequeños debatían, otros bromeaban, los mas recordaban la lucha de estos años, hacia un largo tiempo que no había una contramarcha, llegaban las noticias, los camiones que traían miembros de la CNTE estaban parados en la carretera, la policía, los había bloqueado, otras decían que policías vestidos de civil estaban golpeando reporteros o quitándole las pancartas a manifestantes en el centro de la ciudad, poco a poco el contingente crecía, los maestros lograron llegar a la ciudad y la policía no pudo asustar a los marchantes.

La lluvia no cesaba y las consignas no dejaban de gritarse, la gente salía al encuentro de la marcha, algunos se unían, otros insultaban, los mas pitaban sus coches y daban consignas en apoyo, la caminata fue larga mientras se recordaban a los mártires del 1 de mayo, recordando historia local a los del 28 de agosto, la imposición de EPN, todas las luchas que en Xalapa hemos llevado.

Y llegamos al centro de la ciudad, de pronto encontramos que el sistema había taponeado la calle con camiones de basura, taxis y golpeadores borrachos, pero en su ineptitud taparon las vías principales y olvidaron los callejones tradicionales de Xalapa, y sin que se dieran cuenta los rodeamos, y de pronto estábamos cara a cara con el principal contingente del PRI y con la ex alcaldesa de la ciudad, conocida por apropiarse de varias casas del centro histórico y por colocar a sus queridas en puestos de vital importancia a pesar de la incapacidad de estas personas para llevar esas responsabilidades.

Y azuzo a sus acarreados para que atacaran a los maestros, su grupo de choque, principalmente jóvenes, con corte militar, walkietalkie´s, desclasados, el lumpen traído para agredir a la clase trabajadora, forcejeos, puñetazos, mientras pasaba la sección 32 y los insultos no podían ser mayores.

Pero la marcha entro y de pronto toda la “clase política” escapo de su presídium, demasiado acostumbrados a los acarreados, a los aduladores, a los aplausos no soportaron ese choque con aquello que nunca quieren ver, esa mirada al desierto de lo real que los aterrorizo y los obligo a refugiarse ante los manifestantes que entre abucheos, consignas y entonando “Venceremos” termino de marchar mientras estos personajes que materialmente salieron corriendo cancelaban el desfile, atrás se quedaron muchos esperando para marchar, para ellos era suficiente, mucho era el coraje, mucha la humillación sufrida como para continuar con esa parodia de desfile.

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