Lo que se viene para México este próximo 6 de junio es un vulgar ejercicio de la democracia burguesa que gobierna nuestro país. Este año se elegirán algunas Gubernaturas y Presidencias Municipales, se renovará la Cámara de Diputados y se elegirán cargos de Congresos locales, es decir que buena parte de las representaciones de la estructura política mexicana tendrá cambios.

El contexto actual a nivel mundial no es muy prometedor, en México el asunto se agrava con los profundos problemas que venimos arrastrando desde décadas pasadas. En contraste llama la atención la poca seriedad, la mezquindad y la liviandad de las campañas electorales a lo largo y ancho del país. Como ya es costumbre los insultos, periodicazos, videoescándalos, promesas imposibles, ideas vagas, lugares comunes, frases de marketing, canciones y bailes ridículos, son lo que impera y se posiciona sobre cualquier propuesta o análisis serio de los problemas que aquejan a nuestra sociedad. Para colmo, este espectáculo no nos sale nada barato.

A decir de los políticos oficialistas, este ejercicio democrático brinda la oportunidad a la población de elegir a quienes nos representarán y velarán por nuestros intereses. Nos incitan a no dejar pasar este momento y participar en esta gran contienda electoral. En realidad, a las y los trabajadores en nada nos beneficiará que monigote, barbie o político rancio de la vieja escuela del saqueo pongan en tal o cual cargo de gobierno. Independientemente si se hacen llamar “el cambio que el país necesita” o si representan a la derecha más recalcitrante, los pobres no somos la prioridad, aunque seamos quienes creamos la riqueza de la que
ellos se benefician.

No es incorrecto decir que en nuestro México, como en la mayoría del mundo, solamente se realiza el circo pseudo democrático de las elecciones para perpetuar un sistema de explotación y muerte llamado capitalismo.

Por otro lado, los temas con los que no quieren o no pueden lidiar, como la falta de infraestructura médica, la precarización de la vida, el encarecimiento de la canasta básica, la inseguridad, la militarización y la descomposición social, entre otros, son tratados con una enorme superficialidad y solo como un referente para echarle al otro en cara que la burbuja ha explotado, es obvio que su importancia es sólo de rebote mientras se dan las elecciones.
La educación pública, ha sido víctima de las políticas y tendencias neoliberales, son ya 11 las universidades públicas que presentan severos problemas financieros. En el período 2000 – 2019, la matrícula pública se amplió en un 122.7%, mientras que la inversión federal sólo creció un 75.2%. El gasto por estudiante, disminuyó de manera considerable con respecto al crecimiento de matrícula estudiantil.
La Cuarta Transformación y su política de “austeridad republicana” mantiene las prácticas neoliberales de sus antecesores, asfixiando económicamente a las Instituciones de Educación Superior para después aportar recursos financieros extraordinarios a cambio del recorte de derechos laborales enmarcados en el contrato colectivo de trabajo de académicos y administrativos. Incluso exigiendo el despido masivo de hasta el 15% de la plantilla de trabajadores, mientras que cada año alrededor de 420 mil estudiantes son rechazados de las universidades.
Denunciamos a los funcionarios universitarios que usan a las Universidades como trampolín político o caja chica para fines particulares. Hacemos un llamado a los estudiantes para organizarse y defender su derecho a la educación pública, gratuita y científica ante la embestida gubernamental que insiste en mercantilizar y privatizar la educación en México.
La violencia hacia la mujer ha aumentado gravemente y más en este contexto de pandemia que vivimos. Las políticas del Estado en esta materia no solo son insuficientes, sino que no se les da la mínima importancia. Los feminicidios alcanzan la alarmante cifra de 10 por día, junto a los casos ascendentes de secuestro con fines de trata de personas y la constante violencia patriarcal que ha movilizado a sectores feministas diversos en nuestro país. Además de que en la palestra electoral no figura un tema vigente y necesario para la mujer como el aborto libre, seguro y gratuito; la igualdad salarial, entre otros.


Un flagelo que azota a nuestro país es la desaparición forzada, que continúa siendo una práctica que el Estado en alianza con grupos criminales ejecuta en contra del pueblo trabajador. Ante esta situación colectivos de familiares han encabezado la búsqueda de sus seres queridos demostrando una faceta de la decadencia en nuestro país, al encontrar fosas clandestinas enormes con miles de restos humanos. Demostrando la incapacidad del Estado para entregar los restos mortales en condiciones dignas, además de investigar y sancionar a los responsables, ya sean autoridades, delincuentes o paramilitares. Al igual que con los 43 normalistas de Ayotzinapa, a las y los desaparecidos en México: ¡Porque vivos se los llevaron, vivos los queremos!


Las concesiones a empresas mineras actualmente asignadas, la mayoría a empresas de capital canadiense, norteamericano y mexicano expolian nuestros recursos con la venia del Estado. Por la cantidad de minerales que extraen, los daños medioambientales que provocan y la poca retribución económica que le hacen a la nación. Al igual que los megaproyectos como el mal llamado Tren Maya, el Proyecto Integral Morelos y el Corredor Transístmico que traerán afectaciones graves al medio ambiente y a las comunidades aledañas. Lo que junto al nuevo TMEC completa el cuadro para un gran corredor de mercancías al servicio de transnacionales y que no traerá beneficios para el pueblo mexicano. Poco importan para empresarios y políticos de la burguesía la depredación y la destrucción del medio ambiente, mientras tanto las resistencias de comunidades y luchadores ambientales quienes defienden el territorio se ven amedrentadas. A quienes se oponen se les amenaza, golpea y hasta se les mata o desaparece por oponerse a los intereses de los ricos.


Nos preocupa la creciente militarización que se vive en nuestro país. Se ha entregado a las fuerzas castrenses diversas tareas para promover su imagen, administrando aduanas y puertos, construyendo aeropuertos, bancos, deteniendo migrantes y con una aparente garantía de impunidad ante los abusos como lo demostró el caso Cienfuegos. Mientras tanto políticos, policías y militares asumen el asunto de seguridad también como un negocio, cuando los políticos tratan el tema de la seguridad, venden la idea de que entre más gasten más seguros estaremos, lo cual se ha demostrado que es falso, además es otra caja chica para que mandos policiales, militares y políticos hagan negocio, desviando recursos comprando a sus propios contactos pero también afianzando poder territorial que comparten y disputan con los carteles.

Aunado a esto y porque no podemos dejarlo pasar es preocupante la nula importancia de temas trascendentales como este en las campañas electorales que además se trata de un asunto complejo que muy pocas veces se trata críticamente, la premisa del gobierno morenista era correcta, la violencia no va a terminar solo mediante el uso de fuerza, pero todos sus programas se han quedado cortos para enfrentar el verdadero problema, la falta de oportunidades entre los sectores más desprotegidos, además no se ha transitado hacia un eficiente sistema de justicia, tampoco se combaten con la severidad requerida los abusos de la autoridad militar.

Estos son algunos de los tantísimos problemas que nos aquejan y que no encontrarán solución cambiando de representantes políticos cada tres o seis años pues debemos aprender y reconocer que la estructura política en nuestro país obedece a los intereses del capital y no de la vida, la salud digna, la seguridad y la justicia del pueblo mexicano.

Es necesario saber reconocer en su discurso y sus frases, en sus promesas que ya suenan vacías los intereses de la clase a la que sirven pues de otra manera seguiremos siendo engañados, tal como decía Lenin.

Nos queda además reconocernos entre iguales, aprender que la mayoría de nuestras desgracias y la miseria que vivimos como clase: la clase proletaria, tiene su origen en el sistema que se legitima con esta supuesta democracia. Por lo que debemos aprender a organizarnos, sin necesidad de que los viejos lobos vestidos de ovejas nos engañen con el desgastado cuento de las elecciones.

Denunciamos la brutal represión de la que han sido blanco los normalistas rurales en nuestro país. En días recientes se han registrado ataques y detenciones contra normalistas de Mactumactzá, Chiapas; Teteles, Puebla y Amilcingo, Morelos. Se ensañan con ellos y ellas por ser pobres, hijos de campesinos e indígenas, que luchan por defender su derecho a la educación. Ante el recrudecimiento y la andanada en contra del normalismo rural, nuestra solidaridad.

Nos sumamos al clamor internacional por que pare la masacre contra la juventud y el pueblo colombiano que resiste en la calles la represión del Gobierno de Iván Duque ante el repudio de sus medidas antipopulares. Expresamos nuestro total respaldo al pueblo palestino que resiste la ilegal y violenta ocupación israelí, que en días recientes registró una nueva escalada de violencia por parte del ente sionista en su perversa intención para borrar la presencia palestina.

En la Juventud Comunista de México perseguimos el ideal de un mundo mejor, igualitario, sin miseria, ni violencia. Consideramos que para los grandes problemas que enfrenta nuestro país, frente al despojo, la represión, la explotación y el desprecio a la que resiste la juventud y el pueblo mexicano, el socialismo es la vía para la construcción de un México nuevo, desde abajo y a la izquierda.

¡Nuestros sueños no caben en sus urnas!
¡Sólo en el socialismo otro mundo es posible!
Secretariado Nacional
Juventud Comunista de México
Ciudad de México 02 de Junio del 2021

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