¿A qué candidato apoyaremos los y las comunistas?

De nuevo es época de elecciones en el estado, y tal como sucede en otros lugares de la república, muchos aspectos de la vida cotidiana se transforman. En estas fechas, las cadenas de medios dedican una mayor parte de su tiempo a abordar temas electorales. Comienzan a aparecer por la ciudad carteles, volantes y banderas con los colores de uno u otro candidato. Llueven estadísticas y encuestas a diestra y siniestra, valiéndose incluso de llamadas telefónicas para llegar a toda costa a los oídos de los ciudadanos. Da inicio la guerra de dimes y diretes entre aspirantes y conforme avanza el tiempo estas disputas se vuelven cada vez más ridículas. También se vuelve más descarada la manera en que los programas sociales son usados para fines electorales. Y como es de esperarse, el tema empieza a colarse poco a poco en las discusiones informales con familiares, amistades y conocidos.

No cabe duda que para una gran parte de la población el tema es de gran relevancia y resulta indispensable tener una opinión al respecto, ya sea manifestando abiertamente el apoyo o repudio a un candidato, o bien, resolviendo de manera solitaria y silenciosa cuál de ellos merecerá su voto. Bajo este escenario, parece no haber otra opción más que decidirse por uno de los candidatos más visibles al momento, sin embargo, la ciudadanía encuentra sus opciones bastante reducidas y muchos dudan si realmente existe una buena opción. Al ser tan mediocre la calidad de candidatos que oferta esta elección es normal que las personas dejen de buscar una “mejor opción” y empiecen a buscar la “opción menos mala”. De esta manera aparecen en el vocabulario de la temporada términos como “voto útil”, “voto de castigo” o “voto cruzado” que dan la sensación de que, si bien el resultado será malo, por lo menos puede evitarse que este sea peor.

Pero ¿existe de verdad una “opción menos mala”? Esto se preguntan muchas personas que en este momento están tan descontentas con las opciones que el sistema ofrece, que solo están pensando en la anulación de su voto. Después de todo, parece no haber diferencias reales entre los candidatos. No importa si figuran nuevos colores, si hay cambios de bando, o se dan nuevas alianzas y nuevas rupturas, todas las candidaturas parecen representar lo mismo, la continuidad de un gobierno que favorece a la élite económica, a los que ya están arriba, mientras que el pueblo trabajador se mantiene abajo, cargando a duras penas el peso de la economía sobre sus espaldas.

Tras el hartazgo que han venido creando los partidos políticos electorales, se desarrolló la nueva tendencia, muy popular entre jóvenes, de optar por la “opción independiente”. Quienes toman esta tendencia suelen albergar la esperanza de que aquellas candidaturas que aseguran no tener nexos con partidos políticos sean de alguna manera “mejores” que las que sí los tienen. Sin embargo, como han demostrado múltiples experiencias este no es el caso. En no pocas ocasiones las candidaturas independientes son solo estrategias de viejos líderes políticos para tratar de lavar su imagen deslindándose de sus viejos partidos, pero conservando sus mismas prácticas.

En otras ocasiones tales candidaturas son auténticamente independientes, pues efectivamente no tienen lazos con ningún partido. Sin embargo esto de poco sirve, cuando terminan defendiendo los mismos intereses y aplicando las mismas iniciativas que los partidos políticos, favoreciendo la acumulación de capital por parte de la clase empresarial
a costa del sudor de la clase trabajadora. Debido a esto, no resulta sorprendente que tales candidatos terminen haciendo oídos sordos a las demandas de la gente común una vez que llegan al poder, tal como harían los partidos de siempre.

Cualquiera que sea el caso, queda claro que una candidatura independiente (como ya muchas personas debieron haberse dado cuenta) no es garantía de nada.

También hay personas que tras encontrarse una y otra vez con situaciones semejantes en diversas elecciones comenzaron a sospechar que el problema no son las candidaturas en particular, sino el sistema electoral en sí, casi como si alguien se empeñara en hacer que votar fuera irrelevante. Algunas de estas personas optaron desde hace tiempo (y no es para menos) por no participar en los procesos electorales, sin embargo, muchas de ellas, además de no votar, también han decidido abstenerse de toda conversación relacionada con la política y dejar que las cosas sigan su curso, asumiendo una postura derrotista y apática ante la realidad, concluyendo que el mundo es así y que no cambiará.

Pero vale la pena reflexionar un poco en esto: ¿Es que acaso el mundo siempre ha sido como ahora? ¿Acaso los cambios que han ocurrido en los diversos países y en las diversas épocas han sido solo a partir de procesos electorales? ¿No han existido a lo largo de la historia otras maneras de hacer las cosas? Nosotras y nosotros sabemos que sí hay otras formas de influir en la realidad, formas que rompen con lo establecido, que requieren de la participación y el compromiso de grandes sectores del pueblo y que son capaces de alterar el rumbo de la historia, solo que tales formas no serán abordadas por los partidos políticos electorales.

Y a nuestros ojos, este proceso electoral del 2021 no es nada nuevo. Está plagado de los mismos vicios de años anteriores, siempre con los mismos apellidos, los mismos discursos, las mismas aspiraciones individualistas de los candidatos, los mismos debates que dejan fuera de la discusión los asuntos que de verdad le importan al pueblo. Y si por casualidad tales asuntos llegan a ser abordados, se hace desde una lógica que no representa los intereses de la mayoría, sino de unos pocos que tienen el poder económico.

Ante este panorama electoral que para muchas y muchos puede resultar desesperanzador nosotras y nosotros como comunistas sabemos a la perfección lo que debemos hacer. Lo sabemos no porque seamos eruditas y eruditos, sino porque es lo que hacemos cada día que militamos en una organización comunista. Debemos seguir fortaleciéndonos, estudiando, construyendo colectividad, debatiendo, tomando decisiones y realizando en conjunto todas aquellas tareas que deban ser realizadas; en pocas palabras, debemos seguir organizándonos. Estamos convencidas y convencidos de que el trabajo que ejercemos desde abajo con nuestro pueblo, con nuestra clase y con nuestras y nuestros camaradas es un ejercicio político, y es mil veces más relevante que el nombre que podamos tachar en una boleta.

Consideramos que vale la pena traer a colación aquella frase usada por el EZLN en un comunicado referente a las elecciones del 201 5: “Votes o no votes, organízate”. La consideramos relevante pues estamos seguras y seguros que ningún candidato vendrá en tu ayuda ni te defenderá de las injusticias cuando lo necesites. En los momentos más difíciles sólo te tenderá la mano tu vecindario, tu sindicato, tu organización o cualquier otra forma de colectividad que cultives. Es por eso que te repetimos… “Votes o no votes organízate”.

Organízate para ayudar a tu comunidad, para formar un grupo de lectura y reflexión, para hacer actividades recreativas, para defender tus derechos, para lo que sea, pero organízate. Organízate con tus amigos, con tus compañeros de trabajo, con tus familiares, con tus vecinos, con conocidos que tienen tus mismos intereses, aficiones u opiniones, con quien sea, pero organízate. Y si así lo deseas, nuestras puertas están abiertas para ti si es que quieres organizarte con nosotras y nosotros para luchar por un mundo nuevo, uno que solo en el socialismo es posible.

Finalmente, para concluir este comunicado, manifestamos que ninguno de los candidatos postulados por partidos políticos electorales o de manera independiente nos representa y por lo tanto ninguno tendrá nuestro apoyo. Esto no solo lo decimos por la evidente incompetencia que demuestran para tratar asuntos políticos, o por la incompatibilidad que puedan tener sus discursos con nuestro pensamiento. Esto lo decimos también porque nosotras y nosotros no aspiramos a que nos representen, no accedemos a renunciar a nuestra práctica política, no estamos en búsqueda de un mejor o peor candidato que nos diga que hacer o que nos venga a salvar. Nuestra política no es de una vez cada 6 años, nuestra política se hace todos los días y se construye con esfuerzo constante. No seremos espectadores pasivos de la realidad que está frente a nosotros, seremos, por el contrario, constructores activos de nuestro futuro.

Colectivo Juvenil de Base “Dení Prieto Stock”
Juventud Comunista de México
Monterrey, Nuevo León, 26 de marzo de 2021
¡Sólo en el socialismo otro mundo es posible!


Categories:

No responses yet

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *